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Pedro Rodríguez Cortés

Dos centenarios en Pajares

Hace 100 años, en marzo de 1922, llegaban al alto de Pajares dos suizos residentes en Gijón, Nicork y Neck, pertenecientes a la plantilla de la conocida casa Casimiro García. Procedentes de Suiza, un país con una larga tradición en el esquí durante el siglo XIX, añoraban su práctica en Asturias. Habían encargado a su país unas tablas, semejantes a los esquís actuales, a fin de practicarlo. Un día se desplazaron en tren hasta el pueblo de Pajares, aunque no observaron zonas idóneas para esquiar. Siguieron caminando hasta el alto y allí respiraron de satisfacción al comprobar la buena imagen que deparaban las pistas.

Antes del uso de esquís convencionales, hubo varios ensayos previos en las pistas de Pajares con tablas rudimentarias. Las primeras informaciones de éstas prácticas nos las ofrece el diario “El Carbayón” de 1 de marzo de 1912, informando del desplazamiento de varios miembros de la burguesía ovetense. Unos días más tarde, el 23 de marzo, el diario “El Comercio” de Gijón daba cuenta de la visita al alto del puerto de componentes de la Sociedad Deportiva Asturiana. Siguiendo la cronología, en 1915 un grupo de estudiantes asturianos procedentes de Madrid y de vacaciones en Oviedo, se trasladaron hasta el pueblo de Pajares con unas extrañas tablas calzadas en los pies que habían observado en sus salidas a Navacerrada, aunque en esta estación invernal ya se usaban los esquís que todos conocemos.

Sin duda el gran impulso del esquí en Pajares se debe a la iniciativa de José María Suárez de construir un hotel en la cima del puerto hace 100 años, en 1922. Tener que bajarse del tren en el pueblo de Pajares y subir andando hasta el alto para esquiar, era un serio inconveniente en la época (el automóvil tardaría algún tiempo en popularizarse). Por eso el mundo del esquí, entonces muy escaso, recibió con alborozo el proyecto del hotel, una aventura arriesgada para el dueño en aquel tiempo. El hotel se inauguró el 16 de mayo de 1926, superando un grave percance el 4 de setiembre de 1924, cuando ya instalada la techumbre, tillado el piso principal y distribuido el bajo, un corrimiento de tierras se llevó por delante la mayor parte del edifico. El desastre no amilanó a José María Suárez, que de inmediato se puso a la obra de reconstrucción. En 1927 se celebra en Pajares la instalación del teléfono y en 1930 se anuncia el traspaso del hotel a consecuencia de la muerte de José María, uno de cuyos hijos, Jesús, sería un destacado esquiador, ganador durante muchos años de las pruebas nacionales de esquí nórdico y olímpico en 1936.

En la década de los años 30 se incrementa la afición por el esquí y el montañismo y surgen varios grupos. En 1932 se fundó el “Grupo Peñaubiña” en Oviedo y el “Estrella Blanca” en Gijón. Posteriormente lo harían “Torrecerredo” de Gijón y el “Vetusta” de Oviedo”, dando un notable colorido los fines de semana en el puerto al igual que en San Isidro. Un salto importante en las instalaciones de Pajares, sería la puesta en marcha del telesquí de La Cerra el 17 de enero de 1954. La concentración de grupos de esquí y la realización de cursos de aprendizaje, saturaron la hostelería del puerto llegando a coincidir cuatro establecimientos hosteleros: El Parador, Casa Quico, Venta de Casimiro y Mesón de Pajares, resultando insuficientes para albergar a tanto visitante de modo que, en ocasiones, había que bajar a comer a Villamanín, o al pueblo de Pajares.

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