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José Manuel Barreal

Ventana indiscreta

José Manuel Barreal

¿Filosofía? Sí, gracias

El mito que dice que esta materia no sirve para nada es falso e interesado

El debate sobre la asignatura de Filosofía en la enseñanza, vuelve otra vez. Siendo, además, utilizado espuriamente para sacar rédito electoral. No, la Filosofía no desaparece de los estudios, pero tampoco se la entiende necesaria en la enseñanza obligatoria. Se deja, en cuarto de la ESO, su opción al saber y entender de cada comunidad autónoma. Devaluando, en mi opinión, “filosóficamente”, la asignatura. Teniendo el resto de secundaria obligatoria “Valores Éticos”. Sin embargo, la Filosofía, se mantiene en el Bachiller obligatorio. Esta postura dubitativa de los diferentes gobiernos en el sistema educativo sobre la asignatura deja en el aire la pregunta, qué se entenderá como persona crítica, que piense y opine, desde el poder político.

Cada vez se hace más necesario que la persona, que es ciudadana de un país y que tiene derechos y deberes no solo con él, también con quienes convive, tenga instrumentos necesarios para pensar críticamente, para discernir entre lo que el político de turno le cuenta o promete y la realidad final.

Y es necesario, diría que urgente, porque es un hecho incuestionable que la combinación entre el sistema económico capitalista y la democracia liberal, realmente existente, domina en nuestro entorno occidental y sus reglas se expanden e imponen al resto del mundo. Unas reglas, que están creado evidentes desigualdades sociales y numerosos problemas abocando a la injusticia social, a la desprotección del medio ambiente y a la conculcación de los derechos humanos en todas sus vertientes. Tenemos abundantes pruebas de tales situaciones cuyo protagonista es la búsqueda del beneficio como único objetivo empresarial y personal, junto con el desinterés de algunos gobernantes en temas como los señalados.

Analizar esta realidad que desde el actual sistema económico-social se nos impone, es una labor a la que la Filosofía, sin duda, contribuye de un modo importante y que entiendo necesaria como instrumento de análisis, entre otros, para saber para qué y por qué se nos dice equis o zeta donde tal vez habría que decir y hacer otras cosas.

El mito de que la Filosofía es inútil, que no sirve para nada, además de falso, es interesado. La Filosofía crea e incorpora nuevos conceptos a las ciencias, a la educación... Así como a campos de la cultura y la política. Una aportación “peligrosa” que hace la Filosofía, de ahí que sea incómoda en la enseñanza, es que ayuda a la detección de los conceptos falsos y argumentos falaces de los discursos y actuaciones de la política en general y de alguna en particular. Ayuda a derribarlos y apoya la reflexión racional en pos de encontrar mejor el camino de la justicia y solidaridad.

La Filosofía plantea la necesidad de entender y debatir la urgencia de la transformación de nuestra vida real, que está siendo robada y humillada desde el poder y que estamos aceptando de un modo peligroso.

Soy consciente de que la filosofía no es la panacea que pueda resolver los problemas actuales o futuros; no es la vaca sagrada que haya que adorar. Pero, también sé que no es un obstáculo para que se deba de prescindir en la educación sin más, no sabiendo en nombre de qué dudosos criterios educativos. Hoy el sistema educativo está tomado por programas que obedecen a intereses patronales y del mercado, de modo que se solapa el valor humano que debería de prevalecer en la educación y que es necesario para destapar la intransigencia de los dogmas que frecuentemente pueblan la educación. El emprendimiento, como meta individualizadora, es la zanahoria que se expone en el proceso de enseñanza actual, llevando el beneficio económico como un señuelo de progreso y libertad.

Por eso, la Filosofía, en toda su amplitud, es necesaria en la educación de las y los jóvenes. La Filosofía es acción. Nos amplía, en fin, los límites de lo que nos dictan como posible y único, dejando de ser meros comparas. Así, que sí a la Filosofía.

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