Una vez más el Campus de Barredo vuelve a copar la actualidad por la decisión del equipo rector de la Universidad de Oviedo en relación a la ubicación de las titulaciones (existentes unas e inéditas otras) entre los campus de Oviedo, Gijón y Mieres.
En este sentido es preciso situar el debate en su justa medida y decir que la Universidad es una institución habilitada por su propio fuero para adoptar esas decisiones de manera autónoma sin deber explicaciones a los ayuntamientos afectados ya que cada campus es en sí mismo “territorio universitario” y está sujeto a las decisiones que adopte la cúpula universitaria elegida democráticamente por y para los estamentos que componen la comunidad educativa.
Lo que sucede es que esas decisiones tienen una repercusión en la economía de la localidad en la cual se asienta cada centro universitario, en su vida cultural y social, en las comunicaciones e incluso en su desarrollo urbanístico. Así pues, la llegada a Asturias de un título novedoso como el grado en Actividad Física y Deportiva generó una expectativa en nuestro concejo que finalmente se ha tornado en frustración al ubicarse en Oviedo mientras que, por el contrario, parece que en la corporación ovetense pesa más el enfado por la decisión de trasladar la Escuela Superior de Ingenieros de Minas a Mieres siendo dicho traslado una reivindicación histórica en las comarcas mineras.
Por todo ello, como mierense, considero que no tiene sentido llorar sobre la leche derramada del grado de Deportes sino poner en valor la llegada de Minas al Campus de les Cuenques (no creo que debamos acotar su importancia e influencia únicamente a un solo Ayuntamiento) y entender que es en este Campus de la Energía donde debe impartirse dicha carrera según indica la lógica y la coherencia más alejada de localismos trasnochados y de concepciones clasistas de los estudios y de la misma profesión.
Esas concepciones son las que seguramente impulsan la desaforada reacción del alcalde de Oviedo y del director de la Escuela de Minas al convocar incluso a la movilización a la sociedad carbayona. Y además seguidos en este despropósito por los grupos municipales ovetenses cuyo discurso guarda más relación con el electoralismo que con otros argumentos.
Deseo desde estas líneas hacer llegar mi modesto pero decidido respaldo al alcalde Aníbal Vázquez y a su equipo de gobierno ya que institucionalmente representan a toda la ciudadanía de Mieres en la respuesta enérgica y proporcionada que ha hecho llegar al alcalde de Oviedo tras unas lamentables declaraciones en las que muestra únicamente un acusado desconocimiento acerca de la realidad de este concejo vecino y limítrofe al suyo.
Es en este punto donde creo que tiene cabida apelar a la respuesta prudente, mesurada pero a la vez meridianamente clara, de la sociedad de las comarcas mineras para respaldar la existencia misma de un Campus que lo es de toda la sociedad asturiana y que ancla sus raíces en la tradición universitaria de aquella emblemática Escuela de Capataces de Minas de acrisolada trayectoria pero también en la tradición profesional de los egresados de dicha Escuela así como en la excelencia del conocimiento que imprimieron a las distintas especialidades desarrolladas en beneficio de la metalurgia y la minería en nuestra región y en otras latitudes.
El “campus de les Cuenques” tiene todo el legítimo derecho a luchar por crecer y desarrollarse y para ello no solamente merece el traslado a sus instalaciones de la insigne Escuela de Ingenieros de Minas sino también conservar los estudios de Topografía (el Grado de Geomática) al tiempo que me permito animar a que se reivindique para el “campus de Barredo” el traslado del Grado en Geología ubicado ahora en Oviedo y cuya presencia en Mieres parece del todo coherente y asumible como propuesta académica.
