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Ricardo Montoto

Dando la lata

Ricardo V. Montoto

Escalando

Fíjense si la inteligencia humana se está desarrollando que las grandes mentes que nos dirigen han decidido que la contención de la chifladura expansionista de Putin pasa por una urgente escalada armamentística en Europa. O sea, tan estúpidos como siempre pero más modernos.

Menos mal que la ONU nos ha regalado una noticia esperanzadora: si en el momento de máxima tensión de la Guerra Fría en el mundo hubo 80.000 armas nucleares, hoy “solamente” quedan 13.500 disponibles. Tranquilizador, ¿verdad? Para que luego vengan unos cuantos científicos cortarrollos diciendo que llevan años observando que nuestros cráneos están cada vez más huecos.

Si la solución a los retos que tenemos por delante pasa por incrementar el gasto en armamento, me temo que vamos directos a la repetición de errores ya cometidos una y mil veces.

El escenario que se vislumbra en un futuro próximo es de una tensión creciente entre Occidente y el bloque de Rusia y China. O sea, vuelta a la sinrazón, los bloqueos y las amenazas de destrucción global. Y al desmesurado engorde de la industria militar en perjuicio de los más necesitados.

La inteligencia humana debería servir para que la existencia en este planeta mejore, pero mientras una minoría se quema las pestañas y se exprime al máximo para que así sea, los poderosos trabajan incesantemente por un mundo injusto, dividido y violento, y la inmensa mayoría calla y hace lo que se le diga.

Es terrible llegar a la conclusión de que para defendernos del peligro ruso hay que armarse hasta los dientes. La misma humanidad capaz de desarrollar vacunas en tiempo récord para salvar nuestras vidas vuelve a las andadas, incapaz de relacionarse pacíficamente.

No soy ningún ingenuo y tengo muy claro que la reacción primera del ser humano ante cualquier conflicto es empuñar un arma. Pero es desolador que tantos siglos después, y acreditado el fracaso del sistemático recurso a la violencia, no seamos capaces de cambiar. Será que lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible, pero igualmente lamentable.

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