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José E. Fernández Lobo

Los barcos de Nespral (y IV)

El “Mina Piquera” fue un buque que participó en dos conflictos: se integró en la US Navy durante la Primera Guerra Mundial, y ya en España se utilizó durante la Guerra Civil

El barco con cuyo nombre se cierra esta serie, el “Mina Piquera”, lleva el nombre de una mina que Nespral y Compañía comenzó a explotar a finales del siglo XIX. Estaba apartada del núcleo formado por las explotaciones que dieron nombre a los barcos anteriormente descritos, ya que se encontraba en términos de la parroquia de San Martín, entre Sotrondio y El Entrego, aunque administrada por la misma empresa, hasta su liquidación, que, según figura en el Boletín Oficial del Estado del 8 de junio de 1967, fue firmada en Gijón por el liquidador, J.L. Fernández-Nespral, el 29 de mayo de ese año.

Como «Pleiades» navegando bajo pabellón estadounidense. | US Navy World War I Auxiliary Vessels

Años antes, Joaquín Velasco Martín, por su casamiento en 1905, con M.ª de las Mercedes Fernández-Nespral, había pasado a integrarse en los negocios de la familia, entre ellos la Mina de La Piquera. En 1932 compró a la naviera Ybarra un barco llamado “Cabo de Santa María”, cambiándole el nombre por el de “Mina Piquera”. Lo que sigue a continuación es un relato de sus agitadas andanzas marítimas:

Joaquín Velasco con cien años. | Revista Carta de España

Construido en los astilleros Maryland Steel Co., por encargo de la empresa Luckenbach Steamship Co., de Nueva York, fue botado en 1900 con el nombre de “Pleiades”. Para su propulsión estaba provisto de una máquina de vapor de triple expansión vertical de 1.600 Hp. Estuvo dedicado a realizar viajes comerciales, hasta el 27 de agosto de 1918 en que fue puesto al servicio de la armada estadounidense, matriculándolo como “USS Pleiades”. Todavía estaba en activo la Primera Guerra Mundial.

En setiembre el buque inició su primer viaje al servicio de la US Navy, previa carga en el puerto de Nueva York y posterior escala en Norfolk. A partir de aquí, formó parte de varios convoyes con destino a Europa, sorteando a los submarinos alemanes. Con las hostilidades ya terminadas (11 noviembre de 1918) llegó a Filadelfia en enero de 1919. Fue su último viaje como transporte de guerra. En ese puerto fue dado de baja en la Marina y transferido a sus dueños, el 7 de marzo de 1919. En 1923 lo vendieron a la Spanish American Co., que le rebautizó con el nombre de “Segundo”.

En 1925 pasa a manos de un armador que lo cede en arriendo a Ybarra y Cía, que lo adquiere en propiedad poco después, con vistas a dedicarlo a realizar la ruta entre España y Nueva York. A partir de ahora, se denominará “Cabo de Santa María”. Ante el fracaso de este proyecto, la Compañía lo puso en venta, adquiriéndolo en 1932 Joaquín Velasco, que lo rebautizó como “Mina Piquera”, para emplearlo en el transporte de carbones, casi exclusivamente entre Gijón y Barcelona.

Cuando comenzó la Guerra Civil de 1936 el “Mina Piquera” se encontraba en El Musel, quedando, por tanto, en zona republicana. Prosiguió con sus transportes de carbón hacia la Ciudad Condal, y el 1 de marzo de 1937 fue apresado en el estrecho de Gibraltar por el cañonero “Canalejas”, que lo condujo a Ceuta. No tengo constancia de las actividades que desarrolló entre ese día y el 5 de junio, en el que zarpó del puerto de Melilla, formando parte de un convoy, en dirección a la isla de Favignana (Italia), desde donde se dedicó a realizar labores de asistencia a buques de la marina del bando llamado nacional, que frecuentaban esa zona para abastecerse.

Tras la guerra, en 1941, el “Mina Piquera” fue adquirido por la Naviera Ibero Americana de Navegación, que le mantuvo el nombre y bajo cuya tutela navegaría por lugares bastante alejados de sus antiguas rutas de cabotaje español. El 27 de octubre de 1945 llegó a Barcelona procedente de Durban (Sudáfrica), con una carga variada, entre la que había 751 toneladas de copra.Permaneciendo a la espera de descarga, el día 5 de noviembre se declaró un incendio en la bodega que contenía la copra, debido a su fermentación del producto, ocasionada por el prolongado almacenamiento. El periódico “La Vanguardia” del día siguiente, en su sección de sucesos, calificaba las pérdidas como cuantiosas; pero no parece que afectaran gravemente al barco, ya que en el mismo diario, en la sección “Marítimas” de la misma fecha, figura como “despachado” con carga general para Valencia y el día 11 del mismo mes se le sitúa en el puerto de Cádiz.

Pasan dos años de navegación sin ningún incidente destacado. A finales del mes de octubre de 1947, estaba atracado en el puerto de Pasajes (Guipúzcoa) cargado de pirita. El día 31, al atardecer, zarpa con destino a Bilbao. En esos momentos había un fortísimo temporal. Sale de la barra portuaria y la agitada mar lo vapulea con violencia. Avanza con tal dificultad, capeando el fuerte oleaje, que tarda más de diez horas en llegar a la altura del cabo Machichaco (Vizcaya). Vista la difícil situación en que se encuentra, el capitán decide regresar al puerto de partida.

Cuando ya estaba embocado la ría de Pasajes, a la altura del faro de Senocuzulua, embarranca, seguramente por un corrimiento de la carga, teniendo rescatado por los buzos de la familia Mancisidor que se dedicaban a estos menesteres. Posteriormente fue conducido al puerto de Bilbao con la idea de ser reparado, fue finalmente fue desguazado en el mismo lugar.

Fuentes: Mina Piquera/Ships Nostalgia; Navsource.org; Naval History and Heritage Command; U.S. Navy World War I Auxiliary Vessels, 1917-1919; “El Mediterráneo, campo de batalla en la Guerra Civil Española”.

D. Joaquín Velasco Martín.

No quiero terminar esta serie de relatos sobre “Los barcos de Nespral” sin hacer mención al hombre que, en gran parte, fue fundamental para la constitución de esta flota, que posteriormente formaría parte de la de Naviera del Nalón, y en la que desempeñó labores directivas: Joaquín Velasco Martín.

Joaquín Velasco Martín, nacido en Valladolid el 7 de junio de 1870. Fue un personaje polifacético: ingeniero de minas, armador de buques, ocasional político y un entusiasta deportista. En 1905 contrajo matrimonio con D.ª M.ª de las Mercedes Fernández-Nespral y García-Argüelles, por lo que emparentó con la familia minera, en la que llegó a tener un destacado protagonismo, del que pueden dar idea algunas negociaciones trascendentales, como cuando, en el primer cuarto del siglo XX, negoció la permuta de cotos mineros con Duro-Felguera; o patrocinó la idea de profundizar los pozos “Entrego” y “Sorriego”, decisiones que fueron muy importantes para el desarrollo de Nespral y Compañía.

Su dedicación a la minería no se circunscribió solamente a la empresa familiar, sino que tuvo actuaciones como arrendatario de varias explotaciones en la cuenca del Nalón. También realizó negocios en el concejo de Siero, como la profundización del pozo de Purarabule.

Como armador gestionó los buques “Minas”: Entrego I, Sorriego, Coto, Carrio y Piquera, integrados en Naviera del Nalón, cuando D. Joaquín pasó a formar parte de su Consejo de Administración. Ocasional político, el 10 de octubre de 1927 fue nombrado representante del Estado en la Asamblea Nacional Consultiva, puesto que ocupó hasta el 15 de febrero de 1930, adscrito como vocal a la ponencia “Política Arancelaria”.

En su faceta de deportista, Alfonso XIII le concedió la medalla al mérito deportivo. Gran aficionado al golf, practicó esta disciplina deportiva hasta una edad avanzada, siendo considerado, en febrero de 1970, con cien años, el jugador más veterano del mundo. Cumplidos los cien años aún empuñaba los los palos.

Falleció en Madrid el 31 de mayo de 1975, a los ciento cuatro años de edad.

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