La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carlos Cuesta

A contracorriente

Carlos Cuesta

Lo impecable como trayectoria laboral

Acerca del catedrático de Estructuras casín José Ramón González de Cangas

Su carrera laboral ha estado presidida por la tenacidad, la responsabilidad y la sabiduría. Hace unos días José Ramón González de Cangas recibió en Santander la medalla de oro de la Escuela de Caminos por su trayectoria profesional.

Catedrático de Estructuras en este reconocido centro docente, este casín aunque nacido en Cecos de Ibias representa la brillantez y la pedagogía como enseña. Su prestigio en esta escuela técnica está fuera de toda duda y tanto sus compañeros como el alumnado lo refrendan con frecuencia. Un bachiller elemental en la Academia Lastra de Mieres y el superior en el Instituto de El Entrego significó el premio al mejor discente en muchos años.

Inteligencia, personalidad y muy polifacético, José Ramón dejó impronta sobresaliente de sus conocimientos especialmente en el universo de las ciencias, la física y las matemáticas. En la Escuela de Caminos santanderina fue un alumno aventajado y volvió a demostrar su valía y la frescura de sus ideas científicas. Pronto le llegará la jubilación docente que no le impedirá dirigir sus proyectos de ingeniería civil con su empresa Silga. Obras bien ejecutadas y realizadas en España y el extranjero con trabajos notables en Asturias ajustados a un amplio repaso con varios puentes viarios y túneles como los referidos a la autovía minera.

Sus proyectos han sido reconocidos en obras singulares por toda la geografía española y diferentes países europeos. Y la calidad de sus trabajos técnicos es todo un reflejo de su manera de ser, de su talento, de su humildad y de su amor geográfico por los infantiles reductos de Ibias y esa adopción sentida en Campo de Caso donde forjó su personalidad arrolladora.

Gente del carácter de José Ramón son los que hacen falta en una sociedad necesitada de individuos con sentido común y cerebros con altura de miras. Y tiene sus raíces en Ibias y Caso, dos rincones hermanos de la Asturias rural y sempiterna. Y cuando me acuerdo de José Ramón le pido en mi mente inquieta que redacte el proyecto del futuro túnel a través de la Colladona para unir Laviana y Aller en una obligada infraestructura que vertebre a dos comarcas tan próximas y a la vez tan alejadas en obra y acción.

Del error y el gasto excesivo de la vía a Bimenes prefiero no mentarlo. Por la Faya de los Lobos hubiera sido la línea trazada más idónea. Los expertos lo apuntaron. Los políticos, en cambio, les importó un bledo y con dinero público se abonaron al derroche.

José Ramón con sus proyectos bien estudiados me consta que vive en la felicidad bien entendida. Es la historia de una persona humilde, entusiasta y que sirve de espejo para muchos.

Compartir el artículo

stats