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José Alfonso González Castellanos

El Descenso Folklórico del Nalón en Cerdeña y la generación que aprendió a disfrutar de la vida

Hay unos estudiantes de bachillerato del instituto público de Cerdeña que sueñan con venir al Descenso porque vieron por internet la fiesta que se monta. Y, como diría un "meme" de Julio Iglesias, lo de montarla lo hacemos como nadie "y lo sabes".

Y todo gracias a la primera generación que empezó a disfrutar y a beber la vida con plenitud y calidad. Un grupo que se nos está yendo poco a poco y sin hacer ruido. Gaspar y Armandín hace ya más de diez años (pero lo que disfrutó y disfrutamos con el jabalí guisao de María Jesús no nos lo quita el tiempo), Chemari, mi padre, que cumpliría ahora el 22 de agosto 77 años, y que, hace que no sea casualidad, que como organizador del primer Descenso del Nalón, su aniversario coincida con el de esta fiesta que pregonó durante más de cuarenta años.

Desde siempre, lo supo muy bien esa generación, en el gen lavianés está ser disfrutón de les fiestes y romeríes de práu, con más o menos renombre; desde el Sella, a la corderada de Llagüezos, desde El Pote, a la de San Antón en San Mamés…

Inventaron y promovieron una vida que creemos nueva cada año. Veo a mi sobrina subir cada sábado desde La Felguera hasta Laviana a los locales de moda, para ver a tal o cual DJ (pinchadiscos) y sé que eso ya lo hacía su abuelo hace sesenta años en sentido inverso para ir a ver a Julio Iglesias a la sala de baile de moda de Barros con grava en los bolsillos y a beber un culín.

Esto sucedía incluso antes. La mejor sidra de Laviana y mariscos todo el año, decía el cartel publicitario de casa Josepín en los años sesenta. Y dentro de otros cincuenta años quizás las embarcaciones sean tan gigantescas (ojo, que este año ya son enormes) que tengan que hacer los puentes de Puente Arcu y La Chalana levadizos para que puedan pasar las embarcaciones, pero en Laviana seguirá habiendo la mejor sidra y mariscos todo el año.

Supieron anteceder con sus ganas de vivir a este flamante interés turístico nacional, que se celebra y llena de orgullo a todos los vecinos, y que ha conseguido que un instituto de la isla de Cerdeña en Italia quiera viajar hasta Laviana e incluso celebrar aquí un viaje de estudios, pero eso ya se cuenta otro día.

Dice Fibras, ganador de la sopera varios años con la peña Barettini, que en este Descenso entrar entre los diez mejores va a estar muy, muy caro, debido al nivel de las construcciones. Puede que estemos a las puertas del mejor descenso de todos los tiempos, donde se verán auténticos monumentos y construcciones con la crítica política y la ironía de otros tiempos. Está bien empezar a utilizar esa palabra: construcciones. Y por qué, pues porque hasta que no flotan por el río no se las puede llamar embarcaciones. En este sentido, hay quien les llama carrozas, que, según el diccionario de la RAE, es un coche de caballos grande, un vehículo para funciones públicas o un coche fúnebre. Mientras que la palabra embarcación es definida como un vehículo que es capaz de navegar por el agua, y si con dolor en todo el cuerpo por los regodones y la corriente llega a La Chalana, ya no es solo embarcación, es historia del Descenso, "y lo sabes".

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