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José Manuel Barreal

Ventana indiscreta

José Manuel Barreal

Abundancia

El sistema económico necesita, para continuar su expansión, crear nuevas situaciones que opriman a la mayoría social

Pues sí, por fin, ha llegado. Está entre nosotros la palabra maldita para la mayoría y comodín para la selecta clase de siempre.

Me estoy refiriendo a "abundancia". Volvemos a las andadas y es que no escarmentamos, la mayoría estamos viviendo en la abundancia, sí, aquello de "por encima de nuestras posibilidades". De tal manera es nuestro exceso, que desde los distintos gobiernos europeos se nos dicta, más que se nos sugiere, que no podemos continuar así. La "abundancia" ha llegado a su fin, en palabras del presidente francés, que puso, como no, cara de circunstancias. Aquí, en España, la ministra de Defensa, también ha salido pidiendo " que todos tenemos que arrimar el hombro", ya que el invierno va a ser "durísimo"... La respuesta ante tanto cinismo, al igual que Macron, se la ha dado un militar: "Arrimar el hombro: comprar cazas por 10.000 millones con 2,7 millones de pobres".

El lenguaje, es sabido, que puede tener trampas y que van en función de quienes lo utilizan con fines en beneficio propio. En este caso, del actual sistema económico, es decir, del capitalismo. Y es este sistema, quien crea la "abundancia" para el porcentaje mínimo que disfruta de ella y los privilegios que conlleva. Ese final que supone el presidente francés, y no solo él, es la palabra maldita que la mayoría de la población debemos de asumir para que la manipulación de la ciudadanía, sea efectiva; y de paso se utilice como comodín para que el selecto conjunto de milmillonarios la tengan como coartada de recortes venideros, en todo el abanico económico y social. Y la subida, rayando el robo, sobre los precios de la alimentación.

Este sistema económico necesita, para continuar su expansión, crear constantemente nuevas situaciones que opriman a la mayoría social. Si antes fue que estábamos viviendo por encima de lo que merecíamos, eufemísticamente "posibilidades", ahora es que nos encerremos en casa, nos autoconfinemos, (experiencia, no nos falta) en nuestro nicho familiar a ver pasar la "epidemia de la escasez". Mientras, la mendacidad, la hipocresía y el insulto a la inteligencia, continuarán.

Cuando leí las declaraciones de Macron y las de la ministra española, y no se produce absolutamente ningún escándalo, me pregunté cómo tales declaraciones, amenazantes, que sí lo son, no herirán a miles de trabajadores y trabajadoras, millones, que comen y visten con lo justo. Qué pensarán/pensaremos las y los pensionistas que además de aportar "algo" a las familias, no suele llegar a últimos de mes la digna, dicen, pensión.

Todo representa para el sistema capitalista la base de acumulación que permitirá la creación de nuevos imperios financieros y el saneamiento de los ya existentes. Qué mejor, para el sistema, que crear una crisis alimentaria global, junto con la crisis de la energía, como si ambas fuesen distintas. Siendo, como son, hijas de la misma madre: la manipulación especulativa por parte de los poderosos protagonistas económicos. No se trata de "crisis" distintas y separadas de los alimentos y el combustible, sino de un proceso global de reestructuración económica y social.

Los aumentos de los precios, que con la disculpa de la guerra en Ucrania o la aún Covid, se está produciendo exponencialmente, no son algo casual. Son objeto de un proceso de manipulación deliberada del mercado. Estamos frente a una premeditada agitación económica y social, que se caracteriza por la relación entre los alimentos y el combustible, sin olvidar el problema del agua, que se llegará a especular con ella, si es que aún no se hace.

Nos podemos hacer una pregunta, ya sé que es de ingenuos, pero la voy hacer, ¿dónde, en manos de quién, estaba esa abundancia que de repente se ha acabado? Nadie nos contestará. Nos fastidiamos, y una vez más, ¿cuántas van?, decimos amén. Pero, sí se sabe la respuesta.

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