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Un sentido agradecimiento

Es el momento adecuado de dar las gracias a los organizadores de los premios "Mierense del año" y también a todos los que reconfortaron a la familia y expresaron la admiración que sentían por "Tono"

No es nada fácil escribir unas palabras que puedan describir el agradecimiento que deseamos expresar, de parte de nuestra familia, la de Tono Ambrosio. Ya hace tiempo que nos ronda la idea de intentar que, a través de en unas sentidas líneas, poder agradecer las innumerables muestras de cariño recibidas desde aquella fatal fecha de febrero de 2021. Ha llegado el momento.

Cuando una familia sufre una pérdida irreparable, de manera trágica y repentina, recibe siempre el apoyo incondicional y muestras de afecto por parte de su círculo más cercano. Familiares, amigos, compañeros de trabajo y gente cercana en general se hacen presentes. En nuestro caso así fue. Pero es que, además, en este caso se unió un segundo aluvión de muestras de afecto que provenían de personas desconocidas.

En cualquier caso, unas y otras, conocidas o no por la familia, intentaron de alguna manera reconfortar y expresar la admiración que sentían por Tonín, empezando por las de nuestra villa, Mieres, lugar donde mi hermano, nació, vivió y disfrutó, con algún lapso de tiempo en otros lugares por motivos profesionales.

Pero también llegaron muestras de cariño desde la totalidad del territorio nacional y de países como Serbia, Líbano, Estados Unidos o Alemania, desbordando la capacidad de la familia para contactar uno por uno, mensaje por mensaje, carta por carta y agradecer a todo el mundo ese afecto.

Cuando uno es familiar directo o muy cercano de alguien, esa cercanía, esa cotidianeidad, no te permite ver con perspectiva, no te permite ver la totalidad de esa persona. Tú conoces cómo se comporta en su día a día. Puede que intuyas como puede desarrollar su profesión, o lo que es capaz de llegar a hacer de manera altruista; pero no eres capaz de verlo todo a la vez, en su conjunto, o de una forma global. Permítanme este símil para explicarme mejor: es como si vieses un gran edificio desde la puerta de entrada al mismo, miras hacia arriba, a su fachada, y te parece efectivamente un gran edificio; sin embargo, es al alejarte cuando vas descubriendo diferentes elementos del mismo y te percatas de la belleza arquitectónica que posee. Es una manera de intentar explicar lo que a nosotros nos pasó, al menos a mí, con Tono. Hasta que no se nos fue, hasta que no se alejó de nosotros, no fui o fuimos capaces de comprender. Y lo hicimos a través de los miles de abrazos, físicos y virtuales, con las miles de muestras de apoyo, de cariño y de interés de personas de todo tipo de ámbitos y condición social, con las miles de anécdotas que recibimos. Fuimos recopilando pequeñas piezas de un puzle que, al ir encajándolas, nos permiten ver o intuir con perspectiva lo grande que fue como ser humano, Tono. Volviendo al edificio, nos permitió también, de alguna manera, ver habitaciones o lugares que desconocíamos y descubrir que, si normalmente nos parecía bonito, ha pasado a ser algo más, algo que será patrimonio de su pueblo, para siempre.

Esta necesidad de expresar nuestro agradecimiento ha recibido un impulso definitivo, en forma de premio, al ser conocedores que Tono ha sido galardonado con el "Mierense del Año" en su 49.ª edición, por lo que intentaré en nombre de toda la familia mostrar el sentir de la misma. En primer lugar, agradeciendo a la organización de dichos premios y al Ayuntamiento de Mieres el haber tenido en cuenta su candidatura y saber apreciar lo que Tono hizo, tanto en vida como ahora que ya no está con nosotros, porque como me dijo en una reciente conversación uno de sus mejores amigos y trabajador de este diario, David Montañés, "a Tonín le haría ilusión este premio, porque con ello consigue que se siga hablando de los perros y animales que sufren y necesitan todo tipo de apoyo". Tienes toda la razón David, así es. Tonín, Tono, intentaría desplazar el foco de atención de su persona y redirigirlo hacia ellos, hacia lo que era el motor de su vida y su pasión, ayudar a sus "bichos".

Porque a Tono lo que le interesaba era ayudar y apoyar a cualquier asociación en la que colaborase, como la de gatos de Mieres, haciendo todo lo que podía para ello, como comprar comida, sacar perros del albergue a dar paseos diarios, dos veces si podía, ayudar a reformar las instalaciones y, en innumerables ocasiones, sufragar gastos veterinarios o de cualquier otra índole aquí y allá desde el anonimato. Ejerció de consejero en muchas ocasiones cuando era requerido por otros voluntarios. Pidió también consejo a otros muchos. Trasladó cualquier tipo de animal en su vehículo y participó en algún rescate, junto a un sinfín de acciones más que han marcado su vida y la nuestra para siempre. Por todo ello, no es de extrañar que se promoviese la iniciativa de poner el nombre de Tono al albergue municipal, ese lugar al que tantas horas entregó. Queremos también agradecer esta iniciativa a sus creadores, así como a las miles de personas que lo apoyaron y a todos los grupos políticos que aprobaron en el pleno por unanimidad dicha iniciativa.

Ni que decir tiene que cuando su profesión le llevaba a otros lugares, Tono seguía intentando ayudar a sus "bichos", comprando o consiguiendo comida para perros y gatos callejeros en el Líbano, o ayudando a voluntarios en Ceuta, lugar donde incluso entabló una increíble "amistad" con un zorro en la frontera. Supongo que los animales ven de alguna manera la luz que la gran mayoría de nosotros somos incapaces de ver.

Decir que es motivo de alegría que Tono haya sido galardonado junto a la asociación Ucrania Exprés. Todos los galardonados son personas o entidades maravillosas y altruistas, pero es que, José Ramón Silveira es una persona muy conocida y querida, desde hace muchos años tanto por Tono, como por el resto de la familia.

Queremos hacer sentir también nuestro agradecimiento a la Asociación Avispa, que en mayo del año pasado concedió uno de sus premios a título póstumo a Tono, por su otra gran pasión, su trabajo, en el que, me consta porque soy amigo de muchos de sus compañeros, era un gran profesional.

Qué decir de las publicaciones de dos grandes amigos suyos, Juan Carlos Cuesta y Alberto Argüelles. Pocas horas después del fallecimiento de su amigo fueron capaces de reunir el suficiente coraje para sentarse a escribir y poder demostrar así el cariño que sentían y sienten por Tono y por toda su familia.

No quiero extender más este agradecimiento. Solamente decir a todos gracias de parte de la familia, de los padres de Tono, Ángeles y Antonio, de su pareja Vane, de su cuñada Rut y sus sobrinos Hugo y Paula, que los quería con locura, del resto de nuestra familia en Oviedo, Barcelona y Tenerife, de Fran, ese tercer "hermano" que siempre está ahí. Gracias, de todo corazón, muchas gracias. Ahora toca aprender a vivir sin él.

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