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José Manuel Ibáñez

Indiferencia

La reacción de los ciudadanos ante las pugnas internas en los partidos

Es la palabra que mejor puede sintetizar el desapego de los ciudadanos sobre el tejemaneje de los partidos políticos y sus luchas internas para llegar al panchón, que a muchos de ellos les solucionará la vida durante un cuatrienio, por lo menos.

No resulta nada novedoso las luchas y las puñaladas traperas entre los que hasta hace cuatro días simulaban amistad y empatía. Puro teatro.

El desinterés ciudadano viene dado porque a una inmensa mayoría lo que le interesa es la solución a sus problemas, problemas que a estas alturas cada vez se agravan más, pasando de la dialéctica inútil que todos utilizan, o descalificaciones gruesas, para, al final, acabar con insultos o el clásico "y tu más".

Resulta una obviedad el decir que hay sectarios, militantes convencidos o aspirantes a chiringuitos por pequeños que sean que tendrán su color favorito. Pero bastantes personas piensan aquello de "los mismos perros con distintos collares".

Ahora mismo está en el ojo del huracán el debate sobre la bajada, o adecuación, de diversos tipos de impuestos entre algunas comunidades, por un lado, y el Gobierno central por otro.

Nadie en su sano juicio objetaría una mayor carga fiscal a los que más tienen, así como más protección para las rentas bajas, pero el agravio comparativo no es otro que el olvido en este aspecto de lo que denominan clase media, que en definitiva –eso dicen– es la columna vertebral que sostiene el país, y que en la mayoría de los casos se están acercando a límites insostenibles y al borde de caer a un pozo del que se sale muy mal.

Y es que en la "clase media" se incluye a personas o familias que por sus ingresos casi no superan a los considerados pobres, que además están subsistiendo gracias a familiares o entidades diversas. Son pobres vergonzantes que han devenido a una vida peor, algo que nunca se habrían imaginado.

A los lumbreras que gobiernan, es un decir, o piensan hacerlo, mejor pateaban la calle. Así de paso podrían comprobar que los gráficos que les pasan no coinciden en absoluto con la realidad. Pero ellos a lo suyo.

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