Dando la lata

Afortunados

Ricardo V. Montoto

Ricardo V. Montoto

De lo malo, al menos demos gracias por ser presididos por un socialista. Porque si lo que estamos pasando, y lo que está por venir, nos tocara con el PP en el poder, todo el asfalto español se quedaría pequeño para tanta manifestación. Y de huelga en huelga, claro.

Pero es de justicia reconocer que Pedro Sánchez, que sistemáticamente promete una cosa y hace la contraria, tiene la virtud de que los incumplimientos no le pasen factura, ni en forma de protesta en la calle ni en los sondeos de opinión.

Pero creo que pocos dudan de que con la derecha en La Moncloa, a igualdad de situación, de deuda pública, de carestía, de paro, de mentiras y patrañas, de donde dije digo ahora digo diego, no habría forma humana de meter a los sindicatos en sus sedes y las plazas mayores serían otra vez indignados campamentos. En consecuencia, mírenlo así, por una vez somos afortunados.

Sin ir más lejos, las deficiencias de la salud pública, que es un mal general, sólo merecen una ruidosa contestación en Madrid. En Asturias, donde se está descuidando gravemente el sistema sanitario, joya de nuestra corona, únicamente se movilizan organizaciones menores. Los grandes, mientras la sanidad privada va ganando terreno, siguen echando una larga y apacible siesta. Y, si eso, se desperezan para hacer bulto bajo la ventana de la Ayuso en La Cibeles.

Si se sentirá seguro este Gobierno que una de sus ministras acaba de sugerir la conveniencia de que todos los medios de comunicación reservasen espacios para la "información oficial". O sea, el retorno del parte y el NoDo. Y se queda tan tranquila la señora. ¿Y ha pasado algo? Nada de nada, que berrean los de siempre para que se cabreen los mismos, los que se encienden con el chalé y la meritocracia carnal podemita, la fuerza aérea presidencial, la onerosa ocupación de la primera dama, los expedientes falsos, los pactos negados y acordados, la multitudinaria asesoría, la oficina de colocaciones, el perdón de los delitos…

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