Desde mi atalaya turonesa

Tina Gutiérrez, un ángel voló sobre Urbiés

La intensa trayectoria musical y humanitaria de una estrella de la música lírica con raíces turonesas

Manuel Jesús López "Lito"

Manuel Jesús López "Lito"

Parafraseando a "Clarín", Florentina Gutiérrez Lobo, podría decir que "me nacieron en Figaredo". Pero sus raíces están afirmadas en el valle de Turón. Sus recuerdos infantiles así lo atestiguan: "Cuando era una niña, ya subía con frecuencia a la casa de mis abuelos paternos (Francisco y Angela) que tenían bar-tienda y barbería en L’Agüeria d’Urbiés". El sueño de Tina ya era el canto y la danza. Afición que la llevó a formar parte de diversos coros locales, mientras realizaba sus estudios en el Instituto de Santa Marina. Inclinada hacia ese mundo de la música, recibió sus primeras enseñanzas de dos grandes de la lírica española (Ángeles Chamorro y Lola Arenas).

En 1992 graba su primer disco, "Lírica asturiana", con un repertorio tradicional de la región, y dos años después presenta el segundo , "A la marina contigo". En 1996, aparece su obra "Cantarinos pa que suañes", que presenta en una gira de setenta y ocho conciertos, editada posteriormente en un CD ilustrado por el pintor Antonio Naveso. En 1998 estrena un repertorio de música lírica-popular cubana en un ciclo de conciertos por Asturias, León, La Coruña, Sevilla, y viaja a Cuba, invitada por el Ministerio de Cultura de ese país. En 1999 graba su cuarto disco, "Tina Gutiérrez canta a Víctor Manuel", y en enero de 2000 participaría como intérprete en el programa televisivo "La noche abierta" formando parte del jurado de Eurovisión.

Su actividad musical es como el rayo que no cesa, ya que realiza una serie de actuaciones en diferentes escenarios de Cuba y España (Gran Teatro Nacional "Alicia Alonso" de La Habana, "Teatro de la Caridad" de Santa Clara, "Jovellanos" de Gijón y "Campoamor" de Oviedo). Sin concederse apenas un respiro, en 2009, graba un disco dedicado al "El Presi", coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Creaciones que alterna con giras y participaciones en programas televisivos como "La Huella de España en Cuba", evento organizado por el Ballet Nacional de Cuba y la Embajada de España en ese país.

Nos quedaríamos cortos si conceptuáramos a esta cantante solo como una destacada intérprete. Porque existen otras facetas de su carrera artística que la agigantan como persona. Son proyectos, unos a favor del desarrollo de la música lirica tradicional y, otros, no menos importantes, que tienen un marcado carácter social y humanitario. Así es como surgen de su iniciativa la Fundación Cultural Don Pelayo, la Escuela de Música y Baile en Oviedo y en el Centro Penitenciario de Asturias, donde ofreció varios conciertos. También participó en el proyecto de la Universidad Popular de las Comarcas Mineras, organizando un programa de musicoterapia para personas con Alzheimer que extendió a las residencias geriátricas públicas de Asturias y a los Centros de Atención a la Dependencia. No le faltó tiempo para crear con Santos González, catedrático de Estadística de la Universidad de Oviedo, el proyecto "Mathmusic", que trataba de combinar el uso de las Matemáticas y la música en la lucha contra el deterioro cognitivo.

Para hacernos una idea de la labor de ayuda que realizó en este sentido, decir que ha ofrecido en estos últimos años más de 200 conciertos en ese tipo de establecimientos, ilusionando a millares de personas que se encuentran en los años postreros de su vida. En todos estos años, su presencia se ha notado siempre allí donde era necesario aportar su granito de arena para una causa justa, como en el caso de las galas benéficas de Medicus Mundi, del Padre Ángel, de UNICEF, etc.

Otra cara brillante de ese poliedro que ha significado la carrera de Tina Gutiérrez es la conjunción de la lírica asturiana con la cubana fundiendo baile y poesía. Ese fue el motivo por el que, en 2021, fue la representante de España en el homenaje a la bailarina cubana Alicia Alonso. Aquí destacó por su valor artístico en el espectáculo "Danza en Concierto", que presentó junto a la actual primera bailarina y directora del Ballet Nacional de Cuba, Viengsay Valdés.

Estas breves líneas apenas permiten recoger más que una parte de sus actuaciones a lo largo de seis lustros de vida artística extensa e intensa. Ello no obsta para que podamos afirmar que estamos ante una de las voces más relevantes de la música tradicional asturiana de todos los tiempos. Porque, Tina, a través de su arte, también ha sabido llevar un mensaje a aquellas personas vinculadas a Asturias que permanecen alejadas de la tierra. Sus canciones les ha transmitido ese sedimento de nostalgia que anida en las entrañas de nuestros emigrantes. Pero, además, les ha insuflado la alegría de traer a la memoria músicas y letras que reflejaban recuerdos de un tiempo pasado, que fue el mejor, a decir del poeta, porque los retrotraía a esa etapa juvenil, la época más vital del ser humano.

Para mejor definir las cualidades de su talento, nos remitiremos a unas declaraciones de Zoilo. Nuestro amigo nos confesó un día la emoción que le produjo la fuerza que exhibe y que transmite Tina cuando sube a un escenario. Tuvo la oportunidad de oírla cantar "Dime paxarín parleru" y aquellas melodías que, magistralmente interpretadas por ella, le trasladaban a su primera infancia en el pueblo turonés de San Justo. La música que sale de esta soprano tiene un tinte universal, pero cuando interpreta las notas de cualquier romanza de connotaciones astures, impregna el aire de ese aroma entrañable y cautivador que nos envuelve en ese ambiente campesino, el de nuestras madres cuando, otrora, se hallaban inmersas en las tareas domésticas de cada día. Con la magia de su arte, logra el prodigio de la "resurrección" de esas emociones que brotan de nuestra alma y permanecen en el tiempo.

Aún recordamos una de sus actuaciones cuando extrajo de su repertorio "Campanines de mi aldea". Debemos confesar que experimentamos en todos nuestros sentidos una fuerte sacudida. Canción en la que se mezclan añoranzas y afectos hacia una época pasada. Historias de nuestro suelo que Tina interpretó con especial maestría. Pero es que esta excepcional soprano obra el milagro de transportarnos con sus cánticos a nuestras propias raíces. Una gloria del valle de Turón que recuerda a los mejores trovadores de nuestra tierra astur. En los recitales que protagoniza, su voz tiene siempre, al principio, la potencia de un torrente estruendoso, cual si fuera el rio de Turón que tomando contacto con este mundo (fuente de La Rigá), va descendiendo en cascadas impensables hasta L´Agüeria, cuna de sus antepasados.

Pero, al final, su timbre vocal se va transformando hasta disiparse de la misma manera que lo hace el sonido de las aguas de aquel rio al alcanzar el remanso en Figaredo. Casualmente la propia cuna de Tina. Pero es que su garganta nació para poder con todos los registros porque Tina canta como los mismos ángeles. Nosotros tuvimos el privilegio de constatarlo en el recital que nos regaló en la Casa de Cultura de Pola de Siero a principios del año 2022.

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