Muy de Mieres

Qué ha fallado

Luis Gancedo

Luis Gancedo

La tentación de considerar que el caso del "narcopiso" del número 27 de la calle Aller de Mieres y la angustia padecida por las familias vecinas en estos dos últimos años dejan ver la progresión del deterioro social de una ciudad instalada en el declive demográfico y económico puede ser tan miope como subestimar su relevancia, calificando lo ocurrido como un hecho "puntual" o guareciéndose en el comportamiento de las estadísticas de criminalidad (descenso del 17% de los delitos en Mieres, dicho por la Delegación del Gobierno en Asturias).

No conviene tampoco despreciar ciertos rasgos objetivos que pueden alimentar tales problemas aquí y en cualquiera otra población como tantas que existen con visicitudes análogas: la despoblación y sus consecuencias sociales y también urbanísticas pueden hacernos particularmente vulnerables a fenómenos como la "okupación" fraudulenta de viviendas, a la aparición paralela de actividades ilegales como el trapicheo de droga y a crisis de convivencia del calado de la denunciada en la calle Aller (antes también en un bloque de la prolongación de Manuel Llaneza y en otro de la avenida de Sama).

Pero lo más útil es preguntarnos qué ha fallado, para intentar corregirlo. ¿Ha funcionado el radar de los Servicios Sociales, si es que existe detrás de la ventanilla que reparte subsidios?; ¿por qué la acción de la Policía, único estamento que empatizó desde un principio con los vecinos, perdió efectividad puertas adentro de los Juzgados?, ¿cómo se explica que, de acuerdo con la versión de las familias, el Ayuntamiento haya pasado meses sin atender sus llamadas de desesperación?

La movilización ciudadana y su resonancia pública activaron este jueves una reacción instantánea de la Alcaldía y de la Delegación de Gobierno que favoreció el final del "narcopiso". Queda una última pregunta, en estos días de tránsito hacia el 28M: ¿por qué no se hizo antes?

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