Opinión | Tribuna

El acceso al geriátrico de Felechosa

Las deficiencias y peligros del tramo de 700 metros que comunica la residencia del Montepío

Recorrer a pie los 700 metros que separan la localidad Felechosa y la residencia de mayores del Montepío de la Minería es un auténtico peligro. Para cualquier peatón no es fácil transitar por el tramo de acera que une estos dos puntos, pero para los residentes del citado establecimiento la tarea se convierte, casi, en un imposible. Hablamos de ancianos y personas con diferentes grados de discapacidad, o si prefieren otro término diversidad funcional.

La margen derecha de la acera, en dirección hacia el puerto de San Isidro, acumula hasta 25 cambios de nivel, para favorecer el acceso de vehículos a otras tantas fincas. Hay que sumar papeleras, áreas descarnadas, badenes varios. Por todo ello, la opción de elegir el asfalto para moverse por la zona se antoja más segura. Recuerden que la normativa permite circular por la derecha de la calzada a aquellos que "utilicen carros de mano o aparatos similares, todo grupo de peatones dirigido por una persona o que forme cortejo y las personas que se desplacen en silla de ruedas.

Si existe arcén, se caminará por él, y si no existe, se circulará por la calzada, lo más pegado posible al borde. Si son varias las personas, deberán ir una detrás de otras, en fila india".

Según datos del Montepío, en la residencia de mayores pueden alojarse 246 personas y se da empleo directo a 90 trabajadores. Es fácil de imaginar que se trata de un punto neurálgico importante de la vida social y laboral del concejo, por lo que las autoridades tienen la obligación de acometer de forma urgente una remodelación del espacio para mejorar la movilidad, máxime cuando las políticas de la Unión Europea incentivan la eliminación de barreras arquitectónicas.

En la citada distancia encontramos: aceras estrechas y con escalón, mobiliario urbano que impide o dificulta la movilidad de las personas con algún tipo de discapacidad, rampas con demasiada inclinación, rampas estrechas, pavimento en mal estado

En la mayor parte de estos 700 metros la distancia entre las dos márgenes es de 16 metros. En su momento se habilitaron dos carriles para la circulación de vehículos, dos aceras, y dos líneas de aparcamiento de escasa utilidad en la mayor parte del tramo.

Con estas medidas no parece que el espacio útil total pueda alegarse como limitante para acometer una reordenación. El ancho de la calzada debe respetarse, y si se contara con un carril peatonal amplio y homogéneo en su tratamiento, no solo se eliminarían las citadas barreras, sino que además el acceso a fincas y viviendas no sufriría tampoco restricciones, al eliminar el escalón que supone una acera. Teniendo en cuenta el mencionado ancho de 16 metros se podrían mantener los espacios reservados para aparcamiento, aunque como se puede comprobar el nivel de ocupación es muy bajo, excepto en la zona mas cercana a la residencia del Montepío y a la del pueblo.

El conflicto está servido. La titularidad de la AS-253 es del Principado y lo relativo a las aceras corresponde al Ayuntamiento de Aller. La competencia sobre esta infraestructura arrastra consigo la responsabilidad por daños y perjuicios causados a los particulares. ¿Será preciso que se produzca un accidente a causa del defectuoso mantenimiento para que se acometa una mejora? Las probabilidades son altas con la "orografía imposible" de la imprescindible acera. Perder el equilibrio o que el peso de una silla de ruedas, manual o eléctrica, de con su ocupante contra el suelo es más fácil de lo que se pueda imaginar.

Pues bien, ni siquiera en ese caso es posible que actúe la administración, baste recordar que dos trabajadores perdieron la vida en el puerto de San Isidro hace casi cuatro años y la prometida protección contra aludes sigue sin construirse. Por cierto, es probable que los automovilistas perciban en menor medida que los miles de ciclistas que anualmente circulan por la AS-253 el peligro que implica el estado del firme, tan envejecido y ajado como buena parte de la población de un concejo mucho más grande en extensión que el volumen de sus arcas municipales, permanente vacías a causa de los raquíticos ingresos

Hasta que se tomen decisiones lo más probable es que la calzada siga deteriorándose, se persista en olvidarse del peligro que suponen los aludes en la zona del puerto con más tendencia a registrarlos y que recorrer a pie, o en silla de ruedas, los 700 metros que separan la localidad Felechosa y la residencia de mayores del Montepío de la Minería siga siendo una actividad del riesgo.

Mientras tanto los vecinos, y usuarios en general, permanecen callados y se cruzan de brazos, ni se reclama ni se protesta. "Total… nun van facer na".

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