Opinión | Desde la meseta

Corriendo, corriendo

Cosas que han cambiado y otras que merece la pena olvidar en estas fiestas

Creo que tengo prisa y que deseo acabar 2024 y que brille para todos un nuevo año 2025. ¿ Por qué tengo ese agobio? De verdad que no lo sé, ni lo entiendo. Quizá el ser ya viejo, cuestión que actualmente no me incomoda, entraña mi nula actividad, mi estancia en la cama –je, je– y, a veces, que las noticias que debieran entretenerme, sobre todo si son políticas, me ponen de muy mala "milk", léase leche para un mejor entendimiento. Pero, tranquilamente, volvamos al inicio.

Llevo un par de días escribiendo a mis amigos y familiares para felicitarlos por Navidad y, como no, desearles un buen y próspero año nuevo. Ha pasado mucho tiempo, quizás demasiado, cuando siendo niño recibían en mi casa las diversas felicitaciones, por ejemplo, del cartero, del barrendero, del sereno, es decir, de todos aquellos que a su vez recibían un aguinaldo por atendernos bien durante el año que entonces finalizaba. ¡Que tiempos aquellos, que ya no volverán!

¿No volverán? No apuesto, pero creo que no. Además, el euro, acuérdense, machacó a la peseta y nos encareció la vida a todos. Bueno, a todos no, porque algunos, en plural, se están forrando. Sigamos aparte.

Cuando estas líneas les escribo, algunos pueden ser hasta amigos o simplemente conocidos suyos y que ya han recibido escrito de una Audiencia Provincial y Nacional, e incluso del Tribunal Supremo, eso sí, a donde irán los muy…Dejemos ahí el adjetivo calificativo, en Navidad hay que ser bueno y no insultar a nadie.

A los pocos o muchos lectores que me quedan, ya que debo ser optimista, les deseo unas Felices Navidades y un inmejorable año 2025.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents