Opinión | tribuna
Mujeres bajo la dictadura franquista
La lucha femenina contra el régimen de Franco y las reminiscencias del presente
El actual gobierno de coalición de España parece empeñado en la lucha contra la amnesia colectiva de la reciente historia franquista y sus consecuencias, que está inundando demasiados aspectos de la sociedad española actual. Si, efectivamente, está dispuesto a ello sin medias tintas, bienvenido sea.
Sin embargo, el peso del silencio de nuestro pasado histórico está sacudiendo y alterando la verdad de lo que fue el régimen de cuarenta años de dictadura franquista. Un peso, en mi opinión, consentido tácitamente por quienes tuvieron la oportunidad de realizar las acciones pertinentes para que hoy esta amnesia que parece presente, fuese memoria activa de una época en la que "no se vivía mejor".
Cuando digo consentimiento tácito me refiero a una izquierda que enfrió los aires de cambio en la transición a la democracia. Un PSOE que gobernando durante mucho tiempo, dejó de la mano toda la historia que ahora quiere la sepan las nuevas generaciones. Un PCE que asumió la consigna vacía de la "reconciliación" entre españoles. Si lo apuntado fue positivo o no hay que dejarlo a la siempre libre opinión de quien la tenga.
Así, incorporar a nuestra historia y memoria el recuerdo de todos los colectivos que sufrieron la represión, en sus diferentes matices, es no solo obligación del actual gobierno, sino también de las personas de bien. Uno de esos colectivos, fueron las mujeres. Unas, muchas, encarceladas y fusiladas. Otras, que sobrevivieron a la noche franquista, fueron no solamente el motor de las familias cuando sus maridos y compañeros estaban presos o muertos, sino también estuvieron, de diferentes formas, en la lucha contra la dictadura.
Franco y los suyos, con la inestimable colaboración de la Iglesia Católica, pusieron cadenas y candados en el camino de las mujeres hacia su emancipación e igualdad. Para ello, el régimen instaurado por el golpe contra la República, ejerció durante cuarenta años la represión contra las mujeres con la derogación de derechos y falta de libertades. Además de la cárcel.
El papel de las mujeres en la "nueva sociedad" fue redefinido y actualizado en función de lo que se quería de ellas. Ese papel fue una pieza más, pero clave, en el poder disciplinario que desde entonces se ejerció sobre la mujer en el marco de una sociedad patriarcal y nacional-católica. Leyes y modelos educativos, junto con la inefable Sección Femenina, y la necesaria colaboración del clero, impulsaron un modelo de mujer sumiso y púdico. Solo el hogar y la familia eran sus espacios autorizados.
El franquismo esgrimió y apadrinó que la superioridad física e intelectual estaba en el hombre quien, por esa razón, debía de asumir y protagonizar los asuntos públicos y los ingresos económicos a la familia. Es decir, un modelo sexista y conservador fue el obligado por el franquismo y cómo no, por los curas y su jefatura. Mujeres subalternas, sin derechos y relegadas, perdieron, así, su propia identidad.
La opresión y represión política consiguió anular la lucha abierta a favor de la democracia en España; pero no anuló la voluntad ni el propósito democrático de emancipación. A lo largo los largos años de dictadura y de sistemática represión contra ellas, muchas mujeres unas desde el exilio y otras dentro de España, en el movimiento democrático y clandestino de oposición a Franco, continuaron en su actividad contra la dictadura. También la lucha pasiva desde el silencio padecido por las necesidades familiares y sufriendo el miedo que se "olía" en la dictadura, tuvo su importancia de oposición. Un compromiso político antifranquista férreo, marcó el camino de muchas mujeres a lo largo de las amargas décadas bajo la dictadura. "Individuas de dudosa moral" y como "putas de rojos", entre otras lindezas, se las calificaba.
Y así, desde los años 1970, aquella lucha dura consiguió que las mujeres crearan en grupos y asociaciones una agenda reivindicativa de valores democráticos y con el resurgimiento del feminismo, incorporar su voluntad de liberación, empoderamiento y la recuperación de sus derechos. Unos derechos que hoy se ven amenazados por quienes aún añoran aquella mujer sumisa, obediente y femenina. La "mujer mujer", que diría aquel de nefasto recuerdo.
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