Opinión | a contracorriente

Dialogar con Pedro Sánchez

Me gustaría muy mucho mantener una conversación distendida con Pedro Sánchez para que me explicase en la cercanía sus decisiones gubernamentales y ese enganche rocambolesco con partidos minoritarios nacionalistas e independentistas que le dan mayoría, pero que le chatajean sin disimulo.

Si pudiera ser le propondría la cita en el recoleto café Viena Capellanes del barrio matritense de Argüelles. Un desayuno sencillo y práctico donde no falten los churros o porras con chocolate, entre palabras y disertaciones para comprender mejor su manera de gobernar y convencerme de sus dimes y diretes en el complejo entramado de la "res publica".

Cada vez entiendo menos su actitud gubernamental. Ataques frontales al poder judicial, control excesivo de los resortes del poder, presunta corrupción familiar, mala praxis entre los socios de gobierno, asesores multidisciplinares y en demasía perdidos en el limbo de la Moncloa, ministerios sobrantes y mucho golpe de autocracia que me resulta deleznable. Sí, estaría satisfecho si Sánchez en ese encuentro afecto me contara en verdad su manera de percibir la democracia y el modelo de gobernanza.

Observo poco sentido común y mucha falta de conciencia de Estado. Hoy, el presidente dice esto y mañana lo otro. No hay equilibrio en sus planteamientos políticos y de esa manera no podemos avanzar por mucho que diga que España va como un cohete. Hay preocupación en la ciudadanía, el gobierno está pensando más en temas vacuos que en llevar a efecto una gestión eficaz.

Estoy muy negativo, lo sé, pero veo a España por una senda negativa que a nada conduce, sólo a un malestar y a una crispación imposible. Espero que Pedro Sánchez tenga a bien mi propuesta y en esos momentos de ocio pueda atenderme y platicar sobre el momento que vive nuestro país.

Quiero que me convenza de su manera de dirigir a este ruedo ibérico y yo poder entenderlo con ganas y sentimiento. La situación sociopolítica está con cierta debilidad, la democracia sufre con tanto despropósito y Pedro Sánchez sólo pensando en sí mismo y olvidando al partido y a una población desmotivada por un sectarismo impropio de un país moderno y avanzado.

Este pensamiento confío en exponerlo en ese señalamiento soñado y saber que el Presidente hace las cosas pensando en esta España civilizada y cargada de razón histórica. Los bulos y las mentiras hay que dejarlos en el sumidero de la ignominia y la excrecencia. Hasta pronto, señor Presidente.

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