Opinión | Desde la meseta

La necesidad del pluriempleo

El pluriempleo es algo que se ha convertido en una necesidad hoy en día si las personas queremos llegar a fin de mes, ya que los artículos de primera necesidad, dado su coste, muchas de las veces alcanzan precios desorbitados inaccesibles a nuestros bolsillos. Hace unos cuantos años era propio y hasta normal que un empleado, por ejemplo de banca, llevase la contabilidad de un modesto negocio. Entonces era la ayuda de un comerciante que trabajaba desenfrenadamente, si vale la expresión, de sol a sol.

Entonces, en aquella época, el cobrar dos sueldos significaba poder casarse, adquirir un piso, comprar un coche y hasta irse de vacaciones a la Costa Brava. ¡Qué vidorra aquella!, ¿se acuerdan? Las cosas como son, yo sí me acuerdo porque tuve la oportunidad de recrearme con ese pluriempleo.

Más hoy las cosas se han tornado. Los jóvenes de hoy "mal alcanzan", que tontería, fuera las comillas, a vivir al margen de sus progenitores. Los más arriesgados se juntan con otros y, aunque suene mal, amontonándose en apartamentos de 30 metros cuadrados construidos, que no tan siquiera útiles. Eso sí, son felices: su único remedio. Y de pronto el pluriempleo se modifica en nuestra sociedad y el Gobierno toma unas medidas muy particulares; es decir, recalco, muy suyas. Les cuento aparte.

No son un ejemplo, sino una realidad palpable. Así, un o una ministro, se le busca un hueco en "organizaciones", que políticamente es una sola, intentando arrollar a cualquier otro contrincante. Así, el pluriempleado de turno, que al día de hoy son cinco, pero pueden seguir sumando, ya estará contento dentro de sus filas y, por supuesto, bien arropado por su jefe, en tanto este siga mandando: ¿Cuánto tiempo?

Afirmo: sólo Dios lo sabe, que vive en el presente.

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