Pronósticos

Tras varios días de frío castellano, despertamos acariciados por el acogedor aire del sur. Dicen que la lluvia y la nieve descargaron sobre Andalucía occidental, Extremadura y León, donde la borrasca fue liberando la pesada carga para cruzar la Cordillera Cantábrica convertida en suave brisa templada. Mientras veo en la tele la repetición de los momentos más surrealistas de la toma de posesión de Elon Musk -perdón, quiero decir de su súbdito Donald Trump-, aprovecho para abrir las ventanas de casa y renovar nuestro ambiente. Y permitir así que un aire prematuramente primaveral roce los tejidos, las maderas y los metales. El higrómetro se desploma y los bronquios se esponjan, la flor de pascua parece desconcertada y la sal recupera su sequedad.

Antes de abandonar la Casa Blanca, Biden aprovechó para indultar "preventivamente" a su hijo, a sus hermanos y a los cuñados. Por si acaso. Qué enternecedor el sentimiento familiar norteamericano. Trump retoma el culebrón indultando también a lo más selecto de su feligresía. En fin. Por cierto, que aquí también indultamos con desparpajo, todo sea dicho.

El aire seco y tibio llama más a salir a caminar que a volver al despacho. Hay pocos días así, con un fallido pronóstico de lluvia áspera materializado en una jornada de atmósfera cálida y bondadosa, ideal para respirar a pleno pulmón y deshacerme de los excesos de humedad de un organismo que en días así deja de chirriar. Les fabines con mejillones y gambón estaban ricas. Un poco caldosas de más pero con un sabor muy conseguido. El verdejo acompañó a la perfección. Y de remate, un trocín de turrón de Alicante, bastante reblandecido, que aún quedaba de Navidad. Hoy es el cumpleaños de mi padre. Habrían sido 93. A tu salud. No hay día en que no te eche de menos. Creo que esta tarde lo celebraré caminando y recordándote. Que los papeles esperen hasta mañana. Lo sé, tú habrías ido a trabajar. A quién habré salido. El pronóstico para mañana también es de lluvia. Como el de hoy.

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