Opinión | dando la lata

Al lado

Todo parece suceder lejos, más allá del televisor, desgracias de las que nos defiende la distancia. Ese lunes volvía a llover torrencialmente en la costa mediterránea e, inexplicablemente, dos autobuses repletos de turistas sufrían un grave accidente en pleno centro de Barcelona. Drones y misiles que estallaban en Ucrania y cañonazos en Cisjordania completaban el paisaje. Mientras apuraba el postre, en la pantalla desfilaba la secuencia diaria de calamidades, la rutina de siempre.

De repente, una gran explosión sacudió la calma sestera de Mieres y su onda expansiva impactó contra la fachada sur de la casa, que acusó el golpe con un leve pero perceptible balanceo. ¿Qué ha sido eso? De inmediato me sobrevino el recuerdo de la noche en que un coche bomba etarra estalló cerca del colegio mayor. La misma sensación, ese súbito efecto de contracción y expansión, como si la atmósfera tomase aire para estornudar. Al asomarme y ver crecer la nube de polvo, me di cuenta de que algo serio acababa de suceder aquí, al lado, a escasos metros. Porque de vez en cuando la fatalidad cae cerca. Como la lotería pero al revés, o sea, que no quieres que te toque.

En un parpadeo, una acumulación de gas, una chispa, un zambombazo tremendo, heridos, destrucción y dolor. Efectivamente, dada la magnitud de la explosión es milagroso que no haya habido más daños personales, si bien, para los directamente afectados, todo ha cambiado y no para mejor, por desgracia.

Creo que fue John Lennon el que dijo que "la vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes". Vemos los muertos y heridos desde la lejanía y creamos la ilusión de que eso no puede sucedernos, protegidos por la distancia, como si los kilómetros nos inmunizaran cuando, en realidad, el accidente, el infortunio, la adversidad, siempre rondan. La explosión en La Villa es buena muestra de ello, un recordatorio de nuestra fragilidad y una recomendación para no apostarlo todo a un futuro cuyo límite puede estar lejos o a la vuelta de la esquina.

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