Opinión

Tierras raras

El afán por la búsqueda de minerales críticos

Las instrucciones son claras: a cada excursión que organice la tertulia del contenedor, todo quisqui habrá de presentarse en el punto de encuentro con cubo y pala. Ya no es suficiente salir a corretear al campo, equipados como si fuéramos a escalar el Aconcagua, y con el único pensamiento común clavado en la hora de comer, en el pote y el cabrito que aguardan en el restaurante. Porque el bocata de tortilla que viaja en la mochila cae nada más poner el pie en el agro. El aire libre abre el apetito. Y es que, para qué negarlo, uno va al monte a ganarse la comilona.

Bueno, pues además de volver con la panza bien repleta, no nos vendría mal hacer acopio de las tierras raras que, al parecer, hay en el subsuelo asturiano. A cavar pues, a llenar los calderos de escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. (¡Viva la Wikipedia!). Y no, no es ningún listado de nombres de pila castellanos de primeros del siglo pasado. Se trata de los minerales que hacen que los teléfonos móviles sean más listos que sus propietarios, los que consiguen que los coches eléctricos cada vez lleguen más lejos sin enchufarse, presentes en molinos eólicos, placas solares y en todos aquellos artilugios que actualmente utilizamos para generar energía "limpia".

Hay gente rara a porrillo. Cada vez más. De hecho, los raros acabarán siendo los que hoy consideramos normales. Pero las tierras raras escasean. Por eso Trump quiere liársela a Ucrania, porque dicen que en su suelo hay esos minerales tan extraños. Y como se entere de que nosotros también tenemos de eso, cuidadín, que ese trastornado nos levanta el parqué.

Por mi parte, no voy a desaprovechar la oportunidad y escarbaré por aquí y por allá cuanto me sea posible. Y después, en casa, a escoger, como hacíamos de niños con las lentejas. Esas sí que venían cargaditas de tierras raras con las que te podías cascar una muela. n

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