Opinión

Zombis

Unos sujetaban con dificultad sus recibos de la recogida de basura; a otros, comerciantes y profesionales, directamente se nos caían de las manos debido a los temblores. ¿Cómo puede ser que nos sacudan unos incrementos superiores al 50%? Así, a la trágala, allá te va. Y dicen que en Mieres aún somos afortunados pues en otras poblaciones el hachazo es mayor. Explicaciones, pocas; balones fuera, en abundancia. Porque, como siempre, la culpa de que el precio se haya disparado es de alguien que toma las decisiones lejos de casa, en Oviedo, en Madrid, en Bruselas… El caso es que de un trimestre a otro pasamos, entre agua y basura, de sesenta y pico a más de noventa euros, saques una bolsa al día o al mes, recicles o no, ganes o pierdas, tires papelinos o cadáveres. Es lo que hay. Y aún deberíamos dar las gracias, por lo que nos cuentan.

Los autónomos de la tertulia, que somos minoría y, además, cada día más escuálida, experimentamos un curioso estado de insensibilidad, groguis como el boxeador que cada vez que se levanta de la lona le estampan otro puñetazo que lo tumba. Pero se incorpora una y otra vez pues ya ni siente ni padece. Por eso, en vez que quejarnos y protestar, lo que nos sale es una risa floja bobalicona con la llegada de un nuevo cargo. De hecho, nos estamos planteando la conveniencia de que los miembros que sean autónomos y profesionales se reúnan aparte y asistidos por un terapeuta. Porque están como zombis. Y completamente solos y olvidados.

Ahora que el frío amainó y las facturas de luz y gas se desinflan un pelín, toma meneo. Para no relajarse. El próximo invierno, manta, guantes de lana y bolsita de agua caliente, si se puede. Al menos nos quedará el consuelo de que el frío conserva.

El secretario de la tertulia me susurra al oído: "¿Cuántos carguitos políticos inútiles estarán cobrando del tema de la basura?" Y cuando me doy cuenta, tengo mi recibo despedazado en las manos.

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