Opinión

Un ejemplo de ética profesional

El pediatra vasco de cuidados paliativos

Jesús Sánchez Etxaniz ejerce como pediatra en el hospital de Cruces en Baracaldo y tiene trece años de experiencia como especialista en cuidados paliativos. Pues bien, hace unos días publicaba una carta en las redes sociales en la que se mostraba "enfadado, rabioso y decepcionado, cansado de dar cabezazos contra un muro" por haber recibido una "amonestación" del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) por atender, fuera del horario oficial y durante varias semanas, a una niña de cuatro años en fase terminal.

Sánchez asegura en su comunicado que acudió varias veces de madrugada con su equipo de enfermeras y psicólogas al domicilio de la menor, lo que les había supuesto una gran "desgaste" personal. Pero lo sorprendente del caso es que al día siguiente del fallecimiento de la menor esos profesionales fueron reprendidos "por estar en la calle con recursos del hospital a unas horas para las que no tenían permiso", ya que el horario establecido para ese servicio es de 8 de la mañana a 3 de la tarde de lunes a viernes no festivos.

Y según el consejero vasco de Sanidad, esa advertencia se refería a que avisaran previamente cuando fueran a utilizar un vehículo del hospital "por si había algún accidente". Un vano pretexto que denota con mucha frecuencia el escaso conocimiento que tienen algunos políticos de las necesidades vitales de la gente

El pediatra respondió que no era ético permitir que una familia pidiera atender a su hija para que muriera en su casa, en vez del hospital, y luego dejarles sin esa asistencia el resto de las horas del día.

En tal sentido, el testimonio de algunos familiares sobre la labor de Sánchez y su equipo no puede ser más más favorable: "Estas personas estuvieron siempre con nosotros en todo momento, de día y de noche. Sólo podemos agradecerles su trabajo y el trato que recibimos en aquellos momentos tan duros".

Y al margen de cualquier otra consideración, el hecho resulta aún más sorprendente si se tiene en cuenta que tanto el médico como su equipo llevan más de una década prestando atención paliativa fuera del horario laboral, sin ningún tipo de reconocimiento ni compensación alguna: "Sólo recibimos alguna palmada en la espalda y miradas que apuntan para otro lado. Nos dejaban hacer, bajo nuestra responsabilidad".

Sánchez ha confesado también que en tales condiciones le resulta muy difícil seguir trabajando, a pesar de la medicación que le han prescrito. Aunque confiaba en volver pronto.

Esos profesionales no hicieron más que cumplir a rajatabla algunos de los preceptos del renovado juramento hipocrático. Por ejemplo: velar ante todo por la salud y el bienestar de los pacientes o guardar el máximo respecto por la vida humana.

De cualquier modo, la denuncia de Jesús Sánchez, así como su resonancia en los medios de comunicación, tuvo un efecto inmediato. El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha rectificado y promete garantizar a partir de ahora cuidados paliativos pediátricos a domicilio durante las 24 horas del día, los siete días de la semana.

El pediatra ha agradecido a las autoridades sanitarias vascas su capacidad de "escuchar, rectificar y replantear". Y lo más importante de ese cambio de rumbo es que contribuirá a "mejorar la atención de los niños y sus familias". El tiempo dirá hasta dónde llegan las reformas prometidas.

Por último, Jesús Sánchez Etxaniz ha declarado que la rectificación no había sido un logro suyo. Era un logro de la gente que se ha movilizado. Y una muestra patente de que cuando los ciudadanos se movilizan pueden cambiar las cosas. Ciudadanos del coraje y ética del pediatra Sánchez.

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