Opinión

¡Gana la banca!

Sobre la huelga del profesorado asturiano

Después de varias semanas en huelga, salteadas con los días de servicios mínimos obligatorios, los "profes" volvimos al aula. En mis treinta años de experiencia docente, por distintos niveles y áreas de formación, he de decir que esta fue sin duda la movilización más unánime, compacta y convencida de todas las vividas. Quizás haya que agradecérselo a un conjunto de compañeros que desde, un grupo de telegram, metieron en cintura a los sindicatos del gremio que, como todos los demás, nunca son de clase y en ocasiones hunden sus raíces en la ciénaga de las oligarquías de poder.

Es de justicia reconocer la comprensión de padres, madres y tutores de los alumnos, porque entendieron que la reivindicación iba mucho más allá de exigir una subida salarial, tal y como se nos intentaba dibujar, desde algunos colectivos y componentes institucionales de la mesa de negociación, para desacreditarnos ante la sociedad asturiana. Asumir esto, sería dejarse llevar por lo que en Antropología se conoce como un "deslizamiento cultural", igual que aquél en que los nazis basaron sus principios elementales y fundamentales para llevar a cabo un genocidio contra más de veinte millones de víctimas, o paradójicamente lo que hoy están haciendo los descendientes de aquellos masacrados, desde Israel, contra el pueblo palestino.

En este sentido, también he de decir -y me jode- que, desde redes sociales, algunos olvidaron cuando cortaban carreteras y luchaban contra los de azul que, antes de marrón, no tenían "pozu", para reírse de los eslóganes, quizás poco elaborados, que se cantaban en las "manifas"y categorizarnos como "peseteros". En fin, en el pecado estará su penitencia; y como diría Ned Flanders "El niño Jesús, llora".

Pero volvamos al presente. Nuevamente algunos "profes" consideramos, que los triunfos no son tales, ni tan siquiera una revisión de chapa y pintura, porque lo firmado en el preacuerdo se pretende estirar en el tiempo, en consecutivas fases, más allá de 2027. Y recordemos que, en ese año precisamente, se llevarán a cabo las nuevas elecciones autonómicas; ergo si el PSOE pierde, habría que empezar otra vez a negociar y en caso de victoria, lo mismo.

Y todo suponiendo que la crisis no obligue a ser austeros y frenar, en seco, la progresiva incorporación de profesionales de Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje o Servicios a la Comunidad, auxiliares educativos o administrativos; lo mismo que la reducción del ratio de alumnos por profesor o la promesa eterna de crear un departamento de economía, única especialidad sin él, en Asturias y en casi en toda la nación.

Tema especial es el de la burocracia, intrínseca a las ultimas leyes de educación, que obliga a los docentes a cumplimentar, entre otros panfletos, memorias, temporalizaciones, seguimientos, criterios de mejora o similares, impidiendo la dedicación del tiempo necesario a la sagrada tarea a la que nos comprometimos cuando optamos por esta profesión. Porque, pese a que los políticos y otros agentes sociales lo crean, no trabajamos con tornillos, que si salen torcidos, se vuelven a fundir y calibrar otra vez. Estamos consagrados a formar personas, y sino dedicamos todo nuestro potencial a ello...

Bueno, en el fondo, eso es lo que algunos creemos que busca el Globalismo, "aborregar" a la población para que sea fácil de manejar, engañar, subyugar y dócil ante los castigos impuestos por la dialéctica supragubernamengtal del posmodernismo. Si, en cambio, los seres humanos podemos discernir entre lo bueno y la ponzoña venenosa, somos difíciles de intoxicar, sobornar o corromper; y eso al Sistema no le "mola".

Por ello, como veis, no se trata de bogar contra una marejada, sino de enfrentar una tormenta perfecta con viso de convertirse en tornado. Malos tiempos para la lírica que trovaba Coppini y sus "Golpes bajos", allá por los ochenta. n

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