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Opinión

Centenario del Aniceto Sela

La creación del centro respondió a la labor de unas personas que apostaron por la cultura

Hemos inaugurado la exposición sobre el centenario del Grupo Escolar Aniceto Sela y ahora presentamos este magnífico libro. Es el resultado de muchas horas de trabajo y esfuerzo, y de la generosidad de José Ramón Viejo. También es fruto del trabajo en equipo del Ateneo Musical y la concejalía de Educación que dirige Belén Alonso. Muchas gracias a todos. También me gustaría agradecer a todas y cada una de las personas que han colaborado con sus artículos, testimonios y fotografías.

Este libro es, como las buenas cosas de la vida, fruto del trabajo en equipo, del esfuerzo compartido y el resultado de miradas distintas y complementarias que nos ofrecen una visión plural y diversa. Me gustaría agradecer especialmente la intervención de Serena y Mari Paz, es muy emocionante escucharlas y comprobar en primera persona la enorme transcendencia que tuvo este Grupo Escolar.

Como han señalado, la historia del Grupo Escolar es la historia reciente de Mieres. Ha sido testigo privilegiado de los grandes cambios que experimentó nuestra ciudad en estos cien años. Y no han sido pocos. La puesta en marcha del grupo escolar fue un auténtico acontecimiento. Y no era para menos. No olvidemos que unos años antes había finalizado acabó la Primera Guerra Mundial y que estábamos a punto de sufrir el primer crack mundial de la economía, el de 1929.

Eran tiempos marcados por la irrupción de la industria por la transformación de un territorio marcado por la ganadería y la agricultura, que ahora se construía a golpe de hierro y al servicio de las necesidades de las grandes empresas del momento. Eran tiempos en los que la educación no era un derecho básico, sino una forma de resolver las necesidades de mano de obra. No se educaban ciudadanos sino que se formaban trabajadores.

En este contexto, surgió el Grupo Escolar Aniceto Sela. Y su puesta en marcha no se puede entender sin la existencia de la Institución Libre de Enseñanza y el Grupo de Oviedo, ese conjunto de intelectuales y profesores que se empeñaron en sacar el conocimiento de los muros de la Universidad y dar luz en medio de la oscuridad. Fueron intelectuales comprometidos con su pueblo, auténticos patriotas que plantaron las semillas del conocimiento y la cultura, que se empeñaron en extender la educación y se convirtieron en motores de progreso.

Personas como nuestro ilustre mierense Aniceto Sela, rector de la Universidad de Oviedo, que trabajaron para que la cultura no fuera un privilegio en manos de una minoría, para que la escuela no fuera un lujo reservado para unos pocos, para que la mujer también tuviera acceso a la educación, porque tenía los mismos derechos que los hombres y debían disfrutar de las mismas oportunidades.

En la inauguración del Grupo Escolar, Vital Buylla, alcalde de Mieres, afirmó que "ricos y pobres han de recibir las mismas luces". Y podrían hacerlo en un edificio moderno y del que todo el pueblo podría sentirse orgulloso. Un templo adecuado para estimular el conocimiento y facilitar el aprendizaje, para ensanchar las fronteras del conocimiento y poder llevar a cabo la mejor inversión en futuro que puede hacer cualquier sociedad: apostar por la educación.

Por eso no quiero finalizar mi intervención sin agradecer el trabajo de las maestras y maestros, personas que juegan un papel clave en la educación y en la formación de nuestros hijos e hijas. Profesionales comprometidos que son decisivos para que haya igualdad de oportunidades y equidad en nuestra sociedad.

Muchas gracias, de verdad, por vuestro esfuerzo y por vuestro compromiso para construir una sociedad mejor, por tallar con vuestras manos nuestro futuro.

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