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Opinión

Cien años de la clase de Calvo Miguel

Merecido tributo a un gran docente

El Centro de Instrucción y Recreo en Sotrondio, constituido con el lema "Cultura para Sotrondio" en el curso 1924-1925, abrió una matrícula para estudiantes de la localidad con el fin de que tuviesen una instrucción gratuita con vistas a la preparación de alumnos para el examen de ingreso y cursar estudios de bachillerato. El requisito exigido al alumnado era haber cumplido los 10 años. Los profesores elegidos para desarrollar esta labor docente fueron don Manuel Medina y don Juan José Calvo.

En octubre de 1925 tuvo lugar en el salón de actos del Centro de Instrucción y recreo la entrega de premios a los alumnos de primera enseñanza que la Directiva acordó conceder a propuesta de los señores profesores. Asimismo se informa de que ha quedado abierta la matrícula para los alumnos que, teniendo derecho, quieran en este centro recibir estudios de educación primaria y enseñanza media.

Dada la gran acogida que tuvo esta iniciativa durante este curso, el Centro decidió ampliar en el curso de 1925 para que los alumnos pudiesen ampliar sus estudios en cursos de bachillerato. De esta forma se estableció en Sotrondio un centro educativo que recibiría el nombre de Colegio San Martín.

Es muy destacable cómo el centro se preocupó de estimular los estudios : los padres de los alumnos tenían que pagar una cantidad por que acudieran a clase; a los alumnos que no dejaban los estudios y al final de curso se examinaban en el Instituto de Gijón se les devolvía parte del dinero que habían pagado durante el año académico.

Actos con motivo del Comienzo del curso Académico. 1926-1927. En el Centro de Instrucción y Recreo tuvo lugar el reparto de premios a los alumnos que más se habían distinguido el curso pasado y la apertura del presente 1926-1927. En el salón de fiestas se alzaba la tribuna engalanada con ramas de laurel, bajo el artístico dosel con el retrato de Cervantes, con las banderas de la patria y el Centro. En la tribuna estaban, entre otros, el presidente de la Sociedad, Don Justo Rodríguez Alonso, el vicepresidente, Don Aurelio Fernández Antuña, los profesores Don Juan José Calvo Miguel y don Miguel Medina.

El Sr. presidente da lectura a un hermoso escrito dedicado a los alumnos, felicitándoles y felicitándose de los progresos alcanzados en la enseñanza en este centro, y da las gracias a los dos profesores por la grandísima labor que realizaron en el último curso.

Don Juan José Calvo Miguel, que cerró la apertura de curso, leyó un hermoso texto de profundos conceptos y floridos trabajos, felicitó a los alumnos y les alentó para que prosiguieran tenaces en el estudio, perseverando en la aplicación y el comportamiento que hasta entonces habían tenido. Se procedió al reparto de premios consistente en cajas de dibujos, diccionarios, libros de ciencia y de literatura, etc.

Octubre de 1927. La directiva del Centro de Instrucción y Recreo anuncia que para el nuevo curso académico queda abierta la matricula para los estudios de Magisterio, bachillerato, Comercio Artes e Industrias.

Despedida de un Maestro. En los locales del Centro se ofreció un banquete-homenaje al que hasta hora era profesor Don Miguel Medina, ya que marchaba destinado a una escuela docente de Cangas de Onís. Don José Calvo fue el encargado de darle el discurso de despedida : "Ensalzando el tesón y la constancia del Sr. Medina en el trabajo de la educación de la juventud. El pueblo de Sotrondio", añade, "y principalmente este Centro le deben mucho al querido compañero que nos deja. Por eso deja imperecedero recuerdo".

A partir de este curso 1927-1928 puede señalarse el comienzo de lo que popularmente se llamó "la clase Calvo" al quedar como único profesor. Después de la guerra civil en el curso 1939-40 fue reconocido oficialmente el Colegio San Martín y al centro docente ya no solo acuden alumnos de Sotrondio, sino estudiantes del todo Valle del Nalón.

De "la clase Calvo" han salido durante los años que abarca el periodo comprendido entre 1925 y 1962 estudios y carreras que se puede señalar que, de no haber existido "la clase Calvo", no se hubiesen sacado.

De la trascendental y abnegada labor educacional de Don José hablan elocuentemente los miles de alumnos que se extendieron por la geografía hispana y extranjera. Unos, con sus títulos profesionales superiores y medios. Otros prestando sus servicios en oficinas o trabajando en las minas, pero todos con un bagaje cultural envidiable y orgullosos de su formación.

Y con ser mucho nuestro eterno agradecimiento: le debemos nuestra formación humana que es la mejor herencia recibida de su magisterio. Hombre sencillo y honesto: nos inculcó a todos la necesidad de seguir en la vida con las normas de conducta y el respeto a la persona humana por encima de todo.

Fue Don José un hombre bueno. No debe por tanto extrañar que hoy nosotros, sus alumnos, le ensalcemos y demostremos nuestro agradecimiento en cuantas ocasiones se nos presenten. Ha sido para todos : el hombre ideal de todas las épocas. La labor de Don José Calvo fue tan solo: unir el coraje a la enseñanza.

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