Langreo,

Pablo CASTAÑO

«Juan José Suárez Aller pasará a la historia de la arquitectura como exponente del Movimiento Moderno en Asturias». La afirmación, rotunda, es de Jovino Martínez Sierra, el arquitecto que recientemente dirigió la rehabilitación del cine Felgueroso de Sama, la obra más emblemática del langreano Suárez Aller, que falleció el pasado día 19 en Oviedo, a los 88 años de edad. De sus trazos nacieron decenas de bloques de viviendas, cines, colegios, rascacielos y conjuntos monumentales en diferentes puntos de España que con el paso de los años se han incluido en los catálogos urbanísticos de bienes a proteger por su singularidad.

Juan José Suárez Aller nació en La Felguera el 19 de marzo de 1920, en el seno de una familia acomodada, y pasó su infancia en Sama. Su padre, Arturo Suárez Méndez -facultativo de minas que nunca ejerció su carrera, pero que fue el principal impulsor del Concurso nacional de entibadores mineros, que aún se celebra en Sama-, trabajaba en el negocio de su tío, un almacén de materiales de construcción -Casa Suárez- del que Arturo se hizo cargo en la década de los años treinta y consolidó como uno de los negocios más prósperos de la comarca del Nalón y germen de Construcciones Suárez, S. A. (Cosusa), una empresa constructora que llegó a tener alrededor de 700 trabajadores. En el contexto de la posguerra, el entusiasmo franquista de Arturo Suárez, su influencia política -formó parte de la comisión gestora que se hizo cargo del Ayuntamiento de Langreo al finalizar la guerra civil y fue teniente alcalde- y, sobre todo, sus buenas relaciones con Duro Felguera, que le encargaba todo tipo de obras -Secundino Felgueroso, director general y vicepresidente de Duro, era al mismo tiempo presidente de Cosusa-, inflaron como un globo aquel negocio de ladrillo.

Arturo Suárez tuvo tres hijos y el primogénito, Juan José, se convertirá con el tiempo en el arquitecto que proyectara buena parte de los edificios construidos por la empresa familiar. Juan José era conocido en Sama como «Pepito». Estudió en el colegio de las monjas, que en aquella época estaba en el barrio de La Nalona, y vivió junto al parque Dorado, en lo que ahora es la calle Soto Torres. Su adolescencia se rompió cuando tenía 16 años. Estalló la guerra civil y tuvo que combatir en el frente. Finalizada la contienda, retomó los estudios y en Madrid estudió en la Escuela Superior de Arquitectura y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fue alumno de Luis Moya, el arquitecto de Universidad Laboral de Gijón, y le marcó el magisterio de Antonio García Arangoá, un catedrático de Estructuras tan estricto en el trato con los alumnos como atento a la evolución científica y técnica. También le marcaron los numerosos viajes que realizó por Europa y América. Traspasó los espejos de la autarquía y admiró de cerca la obra de la Bauhaus alemana, de Frank Lloyd Wright en América, de Le Corbusier...

En aquella época la empresa de su padre marchaba viento en popa y el joven estudiante se permitía lujos al alcance de muy pocos en la época. «Cuando aún era estudiante, venía de vez en cuando por Sama y no pasaba desapercibido, porque conducía un coche descapotable», recuerda Ceferino Sanfrecho, compañero de colegio de Suárez Aller.

En 1951 obtuvo la licenciatura y un año después participó en el proyecto de uno de los edificios más representativos de la región: «La Jirafa» de Oviedo. La construcción en altura se convertirá en una obsesión en su trayectoria.

El cine Felgueroso

Tres años después, en 1954, recibe el encargo de la Inmobiliaria Felgueroso de Gijón para proyectar en la plaza del ganado de Sama un gran bloque de viviendas, destinado a familias pudientes, que rompiera con el resto de la arquitectura de la localidad. Suárez Aller proyecta un edifico en forma de «U» de siete pisos, cuando en aquella época ninguna vivienda superaba las cuatro alturas, y en el patio dibuja un edificio destinado a sala de cine con planta elíptica, una rareza en una época de ideas cuadriculadas que con los años se han convertido en un símbolo de Sama. Para la fachada del cine diseñó una gran cristalera que el propio arquitecto reconoció que había copiado de un edificio de Dakota del Norte de Frank Lloyd Wright. «El cine Felgueroso es un pieza muy singular que refleja la arquitectura del momento, con influencias del Movimiento Moderno y del Expresionismo alemán», señala Jovino Martínez Sierra, el arquitecto que dirigió la reciente reforma de la sala cinematográfica. «Además la obra tiene un valor añadido, la de integrar el arte en la arquitectura», añade Martínez Sierra haciendo referencia a los mosaicos que decoran la fachada y a los murales que ornan el interior que el propio Suárez Aller encargó a los pintores Jesús Díaz, «Zuco», y a Antonio Suárez, que también colaboró con el arquitecto en otras obras de cines e iglesias.

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