Madrid

Juan Gelman El dolor, que ha marcado la vida del poeta argentino , impregnó ayer su discurso de agradecimiento del premio «Cervantes», en el que afirmó que las heridas de la dictadura «aún no están cerradas», sino que «laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego». «Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero», destacaba Juan Gelman tras recoger el galardón de manos del Rey, en la ceremonia que tiene lugar en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares cada 23 de abril, día en que se conmemora la muerte de Cervantes.

Gelman (Buenos Aires, 1930) ganó el premio «Cervantes» por ser un gran poeta que ha sabido integrar en su obra «su terrible historia personal».

El escritor celebraba ayer llegar «nuevamente a una España empeñada en rescatar su memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica sólida que abra las puertas al futuro». «Ya no vivimos en la Grecia del siglo V antes de Cristo, en que los ciudadanos eran obligados a olvidar por decreto. Esa clase de olvido es imposible. Bien lo sabemos en nuestro Cono Sur», decía Gelman, cuyo hijo Marcelo y su nuera Claudia, embarazada de siete meses, fueron asesinados en 1976 por los militares. Tras 23 años de intensa búsqueda Gelman dio con su nieta en Uruguay, donde había sido criada por la familia de un policía de aquel país. Ayer Macarena asistía, emocionada, a la ceremonia.

El escritor considera «verdaderamente admirable» que el jurado del «Cervantes» hubiera premiado a la poesía «en estos tiempos mezquinos y de penuria, como los calificaba Hölderlin», y en un mundo como el actual «en el que cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza». «Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte», subrayaba Gelman en su discurso, que leyó lentamente y con voz queda.

El Quijote Gelman se presentó «como lector devoto de Cervantes» e introdujo cierta identificación con el autor de al señalar que «sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante».

Recordó en su intervención a los 30.000 desaparecidos que causó en su país la dictadura para reflexionar luego sobre la muerte. Cervantes, apuntó Gelman, habló de cómo se ha modificado la concepción de la muerte en Occidente: «Es la aparición de la muerte a distancia, cada vez más segura para el que mata, cada vez más terrible para el que muere». Esa muerte a distancia acabó con 200.000 civiles en Hiroshima. «La muerte se ha vuelto anónima y hay algo peor: hoy mismo centenares de miles de seres humanos son privados de la muerte propia. Así se da en Irak», subrayaba el poeta.

«Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía». El atrevimiento «conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser», señaló Gelman en la recta final de su intervención.

Marina Tsvetaeva, «Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir», concluyó Gelman.

«De repente siento un ruido en la oreja, me pongo de buen humor y sé que voy a escribir». Así explicaba ayer su proceso creativo Juan gelman a un grupo de alumnos de quinto de Primaria.

Mercedes Cabrera «No se puede escribir por obligación, la poesía no es una cuestión de voluntad», ha asegurado el escritor argentino en presencia de la ministra de Educación, .

Uno de los niños reunidos en el vestíbulo del Ministerio le preguntó sobre si redactó su primera poesía en su tiempo libre o porque se la encargaron en el colegio. recordó entonces que a los 18 o 20 años, cuando estudiaba Química, supo que iba a dedicarse a la poesía. «El análisis matemático me ayudó a encontrar mi vocación», ha agregado con humor. Luego contó que suele escribir de noche, a máquina, y que necesita mucho silencio.

Gelman ironizó al asegurar que ha escrito demasiada poesía. «Y lo grave no es que haya hecho mucha poesía, sino que he publicado mucho».

Sobre qué sintió al conocer que le habían concedido el premio «Cervantes», Gelman ha respondido: «Casi me asusto (...) me conmovió mucho, es el premio más alto de la literatura en lengua castellana y necesito tiempo para creer que me lo merezco».

A media tarde, y como ya es tradicional, Gelman inició la lectura ininterrumpida de El Quijote en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.