La Biblioteca Bodleiana asomaba días atrás en la prensa diaria la iniciativa de explicar a los jóvenes estudiantes la historia de este siglo -concretamente, la de España- a través de un cómic. Nadie podrá negar la utilidad de la idea, siendo el cómic un género literario y artístico de importante calado y positivo recibimiento por los jóvenes. De todos es sabido que la letra «sin santos» es bastante menos digestiva que un plúmbeo libro de texto.

Pero el cómic está, afortunadamente, un poco más allá de todo eso. Es un género en sí mismo del que disfruta un público mucho mayor que los niños o los jóvenes. Lectores ya «talluditos» que han crecido al tiempo que esas obras repletas de ilustraciones, de héroes, personajes, historias dispares y, al final, su propia épica, subrayada por el trazo personal de la pluma del autor. Texto e imágenes, al fin y al cabo, en las que el guión toma vida en dibujos y colores que arrastran al lector a un mundo en el que la propia literatura cobra una vida especial, casi cinematográfica.

Afortunadamente, decíamos, algunos todavía tenemos edad para seguir leyendo cómics o tebeos -esperemos no perderla nunca- y otros aún están a tiempo de subirse a este servicio ilustrativo único. Si además se aprende historia, mucho mejor.

La compañía discográfica Discmedi lleva publicando algunos interesantes títulos bajo la forma de cómic que incluye dos discos compactos, una iniciativa discográfica realmente encomiable en los tiempos de la crisis de la industria y la futilidad de la mayor parte de los éxitos que el público conoce. Los temas a los que ha ido dedicando esta colección (Music Collection) versan sobre algunos nombres que han ido marcando la historia de la música popular, el jazz, el folk, el rock, etcétera. Los números dedicados a Tete Montoliú, Pete Seeger, Chet Baker, Vinicius de Moraes o Benny Moré conformaron las primeras entregas que se renuevan con otros protagonistas cuya llegada anticipa este Elvis Presley. 1953, el origen. El cómic-disco está firmado por uno de los más prestigiosos críticos musicales españoles, Miquel Jurado, contando en esta ocasión con los dibujos de David Morancho, y se centra sobre un aspecto fundacional de la historia de la música popular: el nacimiento del rock'n roll, en cuyo papel tuvo The King un papel decisivo. Su grabación de «That's all right (Mama)» en 1953 y las circunstancias que rodearon el proceso, el papel de Sam Philips, director de Sun Records, o del «Coronel» Parker en su fulgurante ascenso y agónica caída, necesitan ser narradas -con un lenguaje cercano, pero rico en detalles biográficos- con fluidez y remarcando la importancia social y cultural que tuvieron.

No faltan detalles musicales -el papel de Scottie Moore, el primer guitarrista de Elvis- y personales de esta leyenda de la música del siglo XX en una rápida visión en la que el trazo sencillo de la pluma de Morancho juega un rol esencial, construyendo un atractivo storyboard que desentraña las más importantes razones por las que nació El Rey del Rock'n Roll.

Los dos discos, con una duración total de más de 146 minutos, recogen versiones originales de los comienzos de Presley, así como diferentes tomas de algunas de las más trascendentales. Para redondear el aroma de estar ante un momento legendario, veintisiete versiones hechas por algunos de los más grandes intérpretes (De Hank Williams a Bing Crosby o Ella Fitzgerald, entre otros) sobre las canciones que pusieron a Elvis Presley en la cima del rock.