Los artículos sobre el 11-S que ganaron el «Pulitzer»

El próximo domingo, cuando los relojes peninsulares marquen las 14.46, se cumplirán diez años del inicio de los atentados del 11-S. Una década que para muchos analistas ha cambiado el mundo. Una década que, vía Afganistán e Irak, ha conducido al planeta a la era Obama, la crisis económica y las revueltas árabes.

La conmocionada prensa de EE UU se embarcó en un ímprobo esfuerzo para dar noticia cumplida del cataclismo. Algunos de esos artículos y reportajes, publicados en The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post, fueron galardonados con el «Pulitzer» en 2002. Rastrean los antecedentes, se internan en los detalles del apocalipsis y escrutan la reacción del pueblo y los políticos estadounidenses en las semanas siguientes a los atentados. Todos ellos, junto con un epílogo sobre la reciente muerte de Bin Laden, se encuentran en este magnífico Nueva York, 8:45 a.m.

A la felicidad por la salud ciega y sin fisuras

Multipremiada y vendedora en varias lenguas, llega ahora a los anaqueles españoles El Método, de la alemana Juli Zeh, novela a la que sus editores sitúan en la estela de 1984, Un mundo feliz o Fahrenheit 451. La hipótesis, nada descabellada, de Zeh es que en apenas medio siglo la Ciencia, con mayúscula, desbancará a las religiones o los mercados como principio rector del mundo. La salud -que sin necesidad de proyectarse hacia el futuro es definida por la OMS desde 1946 como, ¡oh terror!, «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de infecciones o enfermedades ligeras, fuertes o graves»- se habrá vuelto el único fin supremo. Mujeres y hombres serán felices, no padecerán males y acompasarán su amor a los latidos de sus sistemas inmunitarios. Una dictadura sin fisuras en la que la única rebeldía será el suicidio. Lúcidamente aterradora, pese a la tosquedad de algunos pasajes.

Un rompecabezas de riqueza, miseria y espíritu

La India: refugio de espiritualidad que ha sobrevivido a la fiebre materialista. La India: potencia emergente y nuclear que basa su riqueza en la competitividad de sus servicios y, en particular, en el desarrollo de tecnologías de vanguardia. Entre estos dos polos se mueve la concepción occidental de un enorme país llamado, según muchos analistas, a jugar un papel clave junto a China y EE UU en las próximas décadas. El británico Edward Luce, periodista de sólida formación casado con una india y residente en el país durante años, se declara harto tanto del elogio espiritualista como de la admiración economicista, que se regodea en una clase media de 300 millones y olvida a 750 millones de miserables. De ahí que en A pesar de los dioses, provisto de toneladas de información y mucho escepticismo crítico, Luce haga un descomunal esfuerzo para presentar una India compleja y desmitificada. De referencia.

Cuando el lugar común conduce a la ceguera

Una de las escenas más difícil de olvidar de Pánico al amanecer, la magnífica novela de Ken Cook reseñada en estas líneas la pasada semana, describe una cacería nocturna de canguros por una jauría de borrachos. Hechizados por un gigantesco reflector, los animales son incapaces de reaccionar y caen uno tras otro.

Las revueltas árabes en curso también han tenido sus reflectores hipnóticos: el carácter espontáneo de las protestas, gestadas en las redes sociales, y el discreto papel jugado por los islamistas.

Ambos atractores han fascinado al marroquí Tahar ben Jelloun. La primavera árabe es un breve compendio, bien escrito, de todos los lugares comunes que durante semanas se vertieron sobre las revueltas. Pero, lamentablemente, el lector que busque claves en sus páginas -el papel de los militares, por ejemplo, en Túnez y Egipto- no las encontrará. Una oportunidad perdida.