Una brutal anticipación de la locura (sanitaria)

Blade Runner: una película

William S. Burroughs

Traducción de Daniel Ortiz Peñate

Escalera

96 páginas. 10 euros

Breve y magnífico. No es loa; es humilde catalogación. Un texto que se lee en media hora -o en hora y media si se mastican y repiten los fragmentos- y que debe calificarse de espléndido, suntuoso, excelente y admirable. Si hay exageración, cúlpese a la Española.

Scott le tomó prestado a Burroughs el título de esta brutal anticipación posapocalíptica para la película que vino a basar en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de K. Dick. Un «blade runner» es el tipo encargado de mover fármacos e instrumental médico en unos EE UU, a caballo entre el XX y el XXI, en los que la polémica universalización de la Sanidad -ríanse del Tea Party- ha vuelto ilegales los actos médicos. Blade runner: una película (1979) puede leerse como un relato o como un tratamiento para un guión. En todo caso, se hará con placer, escalofríos y oraciones matinales al maestro Burroughs.

El zombi sale a pasear y te mira desde el espejo

Ensayo Z. Una antropología de la carne perecedera

Jorge Martínez Lucena

Berenice

200 páginas

17,95 euros

Uno de los rasgos más llamativos de los filósofos inquietos -tal vez peripatéticos- es que porfían por ampliar la telaraña de su disciplina con aportaciones de lo más insospechado. Verbigracia: de la mano de Martínez Lucena (1972) -y al socaire de los Walking Deads y otras despensas ambulantes de maquillaje miasmático- ha llegado el zombi como metáfora de ciertos aspectos del sujeto contemporáneo.

Lucena opera con propiedad y, antes de reflejar al sujeto en el ojo vacío del zombi, nos explica en qué agujeros culturales -en particular cinematográficos- se han cocido los muertos vivientes. Los de(s)construye también, de la mano de Foucault y Derrida y, una vez formateados, los propone como imagen especular de lo que nos hemos vuelto: pobres mortales sodomizados por el consumo. A ver si de ese modo nos levantamos de la tumba cotidiana con andares más garbosos.

Roussel en compañía de las mejores plumas

Locus Solus

Raymond Roussel

Presentación de Jean Cocteau

Epílogos de Michel Leiris, Clément Rosset y otros

Capitán Swing, 460 páginas. 19 euros

La fiebre de autonomía frente a la realidad que, de modo tan fructífero, asaltó a las artes en los primeros años del siglo XX encuentra un magnífico ejemplo en los textos del francés Raymond Roussel (1877-1933). Mal acogido por la crítica en su momento, Roussel ejerció, sin embargo, una rica influencia en surrealistas de antes y después de 1939, así como en el «nouveau roman» y, menos conocida, en la escuela poética de Nueva York, en la que se inscribe John Ashbery.

Locus Solus (1914) es, junto a Impresiones de África (1910), lo más granado de la obra de Roussel. Un paseo deslumbrante, y cada vez más hilarante, por el jardín de un científico genial cuya inteligencia rivaliza con su imaginación. La apabullante edición de Capitán Swing se enriquece con textos de Cocteau, Leiris, Éluard, Breton, Butor, Ashbery, Foucault, Deleuze, Blanchot...

Las chapuzas de la crítica, al desnudo y a carcajadas

¡Despidan a esos desgraciados!

Jack Green

Prólogo de José Luis Amores

Traducción de Rubén Martín Giráldez

Alpha Decay, 208 páginas. 15 euros

Hay que estar muy disgustado y tener tiempo y paciencia para hacer un trabajo como el que el norteamericano Jack Green completó en 1962 en tres números de newspaper, así con minúscula, el fanzine que por entonces editaba. Pero valió la pena.

Green (1928) acogió con entusiasmo la publicación en 1955 de Los reconocimientos, la primera novela de William Gaddis, a la que la crítica despachó en general con cajas destempladas.

El enfado de Green se hizo mayúsculo al ir comprobando que, uno tras otro, los críticos liquidaban las más de mil páginas de Los reconocimientos con argumentos de rechazo que iban pasando de pluma en pluma sin base alguna. La clasificación de las trampas en las que incurrieron los críticos permite al autor ir componiendo hilarantes capítulos que para muchos lectores serán, a su vez, como los de una novela.