Detalle de una memoria infausta urdida con humor
La película basada en esta novela del belga flamenco Dimitri Verhulst (1972) lleva en francés un expresivo título: «La merditude des choses» (de «merde»), aunque en castellano esa metafórica hez se haya transmutado en una cacofónica «lamentabilidad».
Mejor, mucho mejor, la «miseria» escogida por Lengua de Trapo para presentar una novela en la que el brillante Verhulst vuelve la mirada a sus años de infancia para disecar la familia de alcohólicos en la que creció entre mugre, violencia, desidia, hedores y lo demás que puedan imaginar. Se equivocarían, sin embargo, si pensasen que con esos mimbres el belga ha construido una oda escatológica para restregarle sus recuerdos por la cara a los lectores. Presidida desde su primera línea por un humor de estirpe británica, La miseria de las cosas es, en realidad, una indagación sobre las posibilidades de imponerse a un entorno.
La miseria de las cosas
Dimitri Verhulst
Traducción de Marta Arguilé
Lengua de Trapo
210 páginas. 17,50 euros
Sobrevolar el mundo más allá de la muerte
Novelas alentadas por la voluntad de sacar a la luz asuntos polémicos y sensacionalistas como el adulterio o la violencia doméstica hicieron de la actriz y escritora británica Florence Marryat (1833-1869) una autora muy popular en su país y en EE UU a partir de la década de 1860.
Pero Marryat, una mujer cargada de hijos que desafió muchas de las convenciones de su época, sentía también una acusada inclinación hacia el ocultismo, tan de moda en el último tercio del siglo XIX.
El mensaje del muerto (1894), que en su edición estadounidense se tituló Un alma en llamas, se interna con la maestría que caracteriza a una de las cabezas de fila de la literatura victoriana en el asunto del hombre al que es dado seguir viendo el mundo de los vivos más allá de su propia muerte. Recordar a Dickens es tan inevitable como preguntarse si hay redención para la maldad.
El mensaje del muerto
Florence Marryat
Traducción Eugenia Vázquez Nacarino
Alba
206 páginas. 16,50 euros
Flores en las grietas de un mundo hecho pedazos
A la estúpida pregunta, recogida en una de las solapas de este volumen, de si «la primavera occidental debe nacer de la razón o de la mística», Apollinaire responde con un lapidario «el arte nace donde puede». Defensor a ultranza de sus amigos Picasso, Braque o Matisse, autor de un ensayo pionero sobre los pintores cubistas, acuñador en Las tetas de Tiresias del término «surrealismo» y, en suma, duende infatigable que consagró todas sus fuerzas a romper las cadenas de la «realidad», Apollinaire (1880-1918) luchó sin tregua, partiendo del simbolismo, para que su arte creciera en todas las grietas abiertas por el desmoronamiento del viejo mundo y los viejos modelos. El poeta asesinado es un cimero ejemplo, de corte autobiográfico y repleto de veladas referencias coetáneas, de cómo su fértil y febril ingenio podía y pudo con todas la barreras. Una piedra angular.
El poeta asesinado
Guillaume Apollinaire
Traducción de Manuel Hortoneda
Barataria
144 páginas. 15 euros
Ropajes de fin de siglo para un corazón gótico
Desertor de Oxford y frecuentador de las filas decadentistas, el londinense Ernest Dowson (1867-1900) ha pasado a la historia, aunque el común de los mortales lo ignore, por ser el autor de frases como «días de vino y rosas» o aquel «se lo ha llevado el viento» que el cine en versión española convirtió en «lo que el viento se llevó». Ambos son versos de poemas suyos y, en particular, el que da título a la saga de Tara figura en «Non sum qualis eram bonae sub regno Cynarae», dedicado a una niña de once años de la que Dowson se enamoró a los 22. Sin éxito.
El poema completa esta edición del Diario de un hombre de éxito, irónico título bajo el que se arropa un cuento de magnífica factura cuyo nudo juega con el equívoco de la amante que comete un error fatal al escoger entre dos pretendientes. Ambientada en Brujas, la historia, de corazón gótico, viste ropajes «fin de siècle».
Diario de un hombre de éxito
Ernest Dowson
Traducción de Israel Centeno y Carlos Pardo
Periférica
46 páginas. 9,50 euros