Camino directo al corazón del mal

Conocido del gran público por su espléndida Los últimos días de Pompeya, el polifacético londinense Edward Bulwer-Lytton (1803-1873) escribió poesía, drama, ensayo, novela y todo cuanto se le ocurrió o le propusieron. A ello le llevaron sus dotes naturales y un carísimo matrimonio que le obligó a buscar dinero bajo cada párrafo que alumbraba. Lytton también se dedicó a la política y, en una de esas curiosas sorpresas vitales de los héroes decimonónicos, vio incluso cómo se le proponía ocupar el trono griego, tentación que sabiamente declinó. Ahora bien, si en algo sobresalió Lytton fue en la composición de textos macabros como esta sorprendente La casa y el cerebro (1859). Baste decir que el gran Lovecraft, con quien hoy le obligo a compartir sección, consideró este apasionante relato como la cima de los cuentos de casas encantadas. Todo empieza con la exploración de una mansión en la que nadie logra pasar de la primera noche. Pero tras los primeros efectos sobrenaturales se abre un camino que conduce directamente al corazón del mal.

Usar a Conrad para acercarse a Conrad

Esta interesante iniciativa de la editorial segoviana La Uña Rota propone a los lectores un modo novedoso de aproximarse a la obra de Conrad (1857-1924), el gran indagador de los movedizos contornos de la moral. A través de los prólogos que escribió el polaco para la edición de sus obras completas, los lectores se asoman a una fértil reconstrucción retrospectiva del impulso literario que le fue animando volumen a volumen. El tiempo ha dotado a estas piezas introductorias, que ahora se traducen por primera vez al castellano, de una autonomía que las convierte en dientes de un gran engranaje crítico. Conrad se examina como creador, analiza los orígenes y avatares de sus personajes, explica los saltos, avances y retrocesos que jalonan su producción. El resultado es un análisis crítico, agigantado por el paso del tiempo, en el que el autor de Lord Jim o El corazón de las tinieblas dicta un curso sobre Conrad que excitará todas las neuronas de los amantes de un autor clave para la evolución de la narrativa contemporánea.

Retratos de una América que despunta

Quienes hayan descubierto a la florentina Marcella Olschki (1921-2001) en las páginas de la celebrada Una postal de 1939 (Periférica, 2012) tienen ahora la oportunidad de seguir viajando en su compañía gracias a la segunda y última de sus novelas autobiográficas. Si en Una postal de 1939, Olschki se abría, con su característico estilo diáfano y percutor, a las tormentas que durante más de un lustro habrían de convertir a buena parte del planeta en un infierno, en Oh, América es a una nueva vida a lo que se encamina. Casada al final del conflicto con un oficial estadounidense, Olschki viaja en 1946 a EE UU a bordo de un navío repleto de mujeres de su misma condición. La culta italiana, que deja atrás un país en ruinas, alberga la esperanza de días mejores y el temor a vivir en lo que, desde fuera, se le aparece como el epicentro del mal gusto. En su devenir habrá de todo, pero lo que sin duda destella son los múltiples y variopintos retratos que, de costa a costa, dibuja de un país que se encamina a un momentáneo esplendor.

Una de las cimas del ciclo de Cthulhu

Siempre es tiempo de volver a Lovecraft. El mago de Providence (1890-1937) ha dejado tal impronta en la literatura de terror fantástico que a menudo se da por bien conocida su vasta obra cuando apenas se tienen vagas referencias de ella. La sombra fuera del tiempo, publicada en 1936, y escrita en los dos años anteriores, es una de sus piezas maestras. También traducida al castellano como En la noche de los tiempos, la extraña aventura del profesor Nathaniel Wingate Peaslee, quien entre 1908 y 1913 sufrió una rara amnesia, expone un terrorífico y desasosegante caso de abducción que contribuye a perfilar los contornos de las grandes razas ominosas que pueblan el universo y conforman los estratos más profundos de la mente. Recuperado de su abducción, Wingate Peaslee intenta reconstruir sus propias andanzas durante los cinco años fatídicos, a la vez que sus sueños se van poblando de imágenes cada vez más terroríficas. Veinte años de pesquisas le llevarán por fin a Australia, donde en el curso de unas excavaciones...