El andaluz Javier Perianes se ha convertido, con el paso del tiempo del tiempo, en uno de los nombres más relevantes de su generación en el mundo del piano internacional. Un universo especialmente conflictivo por la enorme competitividad que existe. Llegar a la élite no es fácil. Trabajar con los más grandes hasta convertirte en uno de ellos, mucho menos. Perianes está construyendo una carrera con el sosiego necesario y con la habilidad precisa para ir escalando peldaños, sin cometer errores sustanciales. Es un acierto esta capacidad que se suma al talento interpretativo sin el cual nada tiene sentido. No nos olvidemos que ante un músico de primer nivel siempre, siempre, hay detrás innumerables horas de trabajo que añaden valor a la capacidad artística que ha de estar sometida por una voluntad de sacrificio de hierro. Pocos ámbitos conozco en los que la exigencia sea tan alta. Aquí no puede haber una noche que sea un desastre, siempre que se sale al escenario se empieza de cero y los melómanos buscan que cada noche sea única.
Perianes, en este sentido, ha sabido posicionarse como una referencia que se ha asentado tanto en el repertorio español como en el gran y exigente ámbito romántico. A la par que su imponente trayectoria en el mundo de las salas de conciertos, en los que alterna música de cámara con actuaciones en algunas de las mejores orquestas del mundo, su hoja de ruta discográfica es también impecable. Ahora acaba de editarse en Harmonia Mundi su nuevo trabajo, un monográfico centrado en la obra para piano del compositor noruego Edvard Grieg en el que se recoge su "Concierto para piano y orquesta" grabado con la Orquesta Sinfónica de la BBC, dirigida por Sakari Oramo y una serie de piezas líricas, entre ellas algunas hermosísimas. Esta producción para piano solo abarca gran parte de su vida y supone, para el disco, un valor más que notable. Es en esta selección de obras donde brilla la poética y la madurez interpretativa de Perianes con majestuosidad. Delicadeza, fulgor expresivo, y un pianismo cálido y cercano que define también su aproximación al "Concierto para piano y orquesta en La menor, op. 16", en la que, sinceramente, creo que es una de las mejores grabaciones que existen. El balance entre lirismo e ímpetu de la obra lo resuelve Perianes con maestría y orquesta y director suman en la misma dirección, en un camino conjunto de gran belleza expresiva. Estamos, sin duda, ante uno de los grandes discos del año. No se lo pierdan.
