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La Brújula

Llega por fin el otro monumento de Barth

Llega por fin el otro monumento de Barth

Aunque lo que le tiraba a Barth (1930) eran las baquetas, al final se reorientó a la escritura y se volvió una referencia global de la literatura posmoderna. En 1966, seis años después de la monumental El plantador de tabaco, Barth propuso a los lectores otra obra desbordante de páginas, palabras, tramas, sátira, humor e imaginación, este Giles, el niño cabra que ahora estrena en castellano Sexto Piso, la editorial que hace ya un par de años devolvió al mercado El plantador? Cuarta novela de Barth, Giles, el niño cabra tiene la apariencia de una obra de campus, aunque se ha de precisar que el campus es pura alegoría de un mundo en guerra fría por el que deambula un nuevo mesías -el niño cabra- y en el que el desmantelamiento del Ordaco, un diabólico sistema capaz de remedar toda iniciativa humana, se vuelve irrenunciable. Cabe preguntarse si hay que escribir tanto para contar una historia, pero sin duda el de Barth es uno de los mejores modos de hacerlo.

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