La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Música

En recuerdo de Pilar Lorengar

Veinte años de la muerte de la soprano aragonesa

Este mes de junio se cumplen veinte años del fallecimiento de la que ha sido una de las grandes voces de la escena española e internacional, la soprano Pilar Lorengar y, a excepción de su Aragón natal, la efeméride está pasando en nuestro país bastante desapercibida. Quizá porque lo sustancial queda arrinconado ante la espuma de la banalidad que triunfa, a diario, en los grandes medios y las redes sociales. Lorengar fue un pilar de la gran generación de oro de la lírica española con presencia continua y destacada en los grandes teatros mundiales.

Además, al vivir la era dorada de la grabación discográfica, dejó, en este ámbito un importante legado de gran significación para la lírica española. En la década de los cincuenta del siglo XX grabó, bajo la dirección de Ataulfo Argénta más de veinte zarzuelas, títulos de Chapí, Barbieri, Fernández Caballero, Guerrero, Lleó, Serrano o Vives, entre otros. Además también se conservan registros suyos trabajados con los propios compositores, tal es el caso de María Manuela y La Marchenera con Moreno Torroba o Katiuska con Sorozábal.

La carrera internacional de Pilar Lorengar comenzó a crecer desde el núcleo operístico de Berlín, trasladándose a finales de los cincuenta a la capital alemana a tomar parte del elenco estable de la Deutsch Oper, en la que se comprometía a trabajar durante cinco meses al año y a la que se mantuvo fiel, como gran estrella, durante tres décadas. Desde ahí comenzó a cimentar una carrera que la llevaría a cantar en los grandes escenarios de todo el mundo: Nueva York, Milán, Tokio, Londres, Chicago, y muchas otras ciudades. Fue una mozartiana refinada y exquisita y también brilló en roles puccinianos, si bien su repertorio fue amplio. Además de las grabaciones ya indicadas de zarzuela también dejó grabadas más de veinte óperas, conciertos, oratorios y también se conservan registros en vídeo de funciones en Berlín y Salzburgo.

Puede que el tiempo haya dejado en el olvido que Pilar Lorengar eligió el teatro Campoamor de Oviedo para su retirada de los escenarios, junto a Berlín y al teatro de La Zarzuela de Madrid. Años atrás también había cantado en la Sociedad Filarmónica ovetense. Lo hizo en agradecimiento a la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Recuerdo perfectamente aquel recital, el de una cantante madura, con voz impecable, cuidada, de hermoso timbre, y una presencia escénica imponente. De aquellos últimos recitales, del de Oviedo y del de Madrid, se conserva una grabación discográfica, titulada "Los adioses". El paso del tiempo ha mantenido intacto su importancia para el sector, el ejemplo de una carrera sostenida a lo largo de varias décadas, trabajada de forma impecable, sin prisas. Un modelo quizá hoy inalcanzable para los jóvenes cantantes sometidos a todo tipo de presiones y apuros por debutar roles a destiempo. Lorengar es ejemplo de todo lo contrario. Espero que los nuevos intérpretes sigan aprovechando lo mucho y bueno que nos dejó.

Compartir el artículo

stats