Música

Marriner en Oviedo

El director británico, recién fallecido, ofreció una gran actuación en el Auditorio Príncipe Felipe hace seis años

COSME MARINA

Hace unos días falleció uno de los grandes nombres de la dirección de orquesta británica, un músico que logró la fama en el mundo entero y que ha conocido una extraordinaria longevidad en su trabajo, fruto de una carrera que ha mantenido en activo, y con la máxima exigencia, hasta los noventa y dos años. ¡Casi nada! Sir Neville Marriner, que comenzó su carrera como violinista en las soberbias formaciones londinenses. Pero sus inquietudes estaban en el podio y ya desde joven comenzó a formarse como director de orquesta, teniendo como uno de sus principales maestros a Pierre Monteux. En su trabajo siempre estuvo presente, ya desde el inicio, la gran tradición inglesa en la música camerística y en la exquisitez interpretativa del repertorio dieciochesco del cual acabó siendo una verdadera referencia mundial.

Hay un acontecimiento que marcó su trayectoria profesional, y como en una ocasión me comentó, también vital, y no es otro que la fundación en 1959 de la Academy of Saint Martin in the Fields que ha llegado a nuestro tiempo como una de las instituciones londinenses de mayor prestigio y proyección internacional. Decenas y decenas de giras alrededor del mundo, cientos grabaciones discográficas que están en la discoteca de cualquier melómano en interpretaciones majestuosas, de trazo impecable y minucioso cuidado formal. Marriner tuvo responsabilidades en muchas otras formaciones, pero su trabajo en la Academy, tan extenso a lo largo del tiempo, permanecerá como un hito en su carrera. Tuvo una gran vinculación con nuestro país, también sostenida en el tiempo, especialmente por su trabajo y dedicación a la Orquesta de Cadaqués, formación a la que dio un gran prestigio y con la que seguía colaborando en la actualidad.

Precisamente con la orquesta de Cadaqués actuó en el ciclo de Conciertos del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. Fue el 10 de febrero de 2010. Llegó a Oviedo con ochenta y seis años y lo que más me llamó la atención fue su tremenda energía y un entusiasmo innato que transmitía en sus interpretaciones. Trabajó con el coro femenino de la Fundación Príncipe de Asturias en El sueño de una noche de verano de Mendelssohn, en una velada que se complementó con la obertura de Las Hébridas y el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, con José María Gallardo del Rey como solista. El concierto estaba en inicio planificado de otra manera, pero la cancelación de una solista nos obligó al cambio y él quiso especialmente dejar su huella en una de las obras españolas de más populares.

Marriner disfrutó de la velada, le gustó el auditorio, su acústica, y la ciudad. Una placa recuerda, en el hall del edificio, su presencia entre nosotros.

La Fundación, en 1959, de la Academy of Sant Martin in the Fields marcó su trayectoria artística

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