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Música

Un Orfeo que llega del Norte

El compositor islandés Jóhann Jóhannsson da una vuelta al mito clásico en su nuevo trabajo discográfico

Hay temas universales mitológicos, literarios, que van modulando el devenir cultural de la humanidad de manera recurrente. No se agotan porque cada artista quiere dejar su sello en historias que implican y comprometen a cada generación por su alto valor simbólico, por su fuerza creativa, casi telúrica. El viaje de Orfeo al inframundo tras su amada Euridice es uno de ellos, un leit-motiv especialmente significativo en la música o en la ópera, además de en la literatura, en las artes plásticas o incluso el cine.

Sin duda alguna, uno de los compositores más interesantes de la actualidad es el islandés Jóhann Jóhannsson. Autor de bandas sonoras que se han convertido en icónicas de la mano del director canadiense Denis Villeneuve, y también de música incidental para teatro o danza, desde sus primeras obras a comienzos del actual siglo a nuestros días ha ido configurando un mundo musical característico, que transita por el minimalismo como sendero creativo pero que no se agota en los límites del movimiento. Jóhannsson es un magnífico explorador de sonidos, capaz de llevar al oyente a un lugar mágico, de sugerentes trazos oníricos.

En su primer trabajo discográfico para Deutsche Grammophon se sumerge de lleno en el mito de Orfeo. Enlaza con una tradición musical caudalosa a lo largo de la historia y lo hace con absoluta libertad de criterio, sin deudas y, a la vez, sin necesidad de rupturas aparatosas. Su camino es otro. Orfeo lo encontramos en Monteverdi y Gluck, pero también en compositoras tan libres de prejuicios como Anais Mitchell. Y en la ruta de Jóhannsson Orfeo está en lo que significa de cambio, de muerte y resurrección. Es la suya una mirada que transita por las luces y por las sombras. Emplea el piano, agrupaciones de cuerda, órgano, el violonchelo o la música electrónica para configurar un mundo órfico que va del desasosiego a lo hímnico en el hermoso cierre de la obra con el canto a capela.

Ahí al final están Las metamorfosis" de Ovidio, pero el propio autor también reivindica como fuente de inspiración, la película "Orphée" de Jean Cocteau que tiene entre sus protagonistas a María Casares y Jean Marais. Todo ello forma parte de un universo conceptual en el que la música nos atrapa en cada nota, en cada melodía sobrecogedora, transitando desde un lirismo sobrecogedor en "A deal with chaos" o a otros pasajes más sombríos que van abriendo paso también a una luz desvaída y fría, incluso acerada, en la desolación de la inmensidad helada en la que Orfeo busca a su amada a través de inframundos a veces más cercanos a nosotros de lo que pudiéramos pensar.

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