La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arquitectura

El lenguaje de las ciudades

Dejan Sudjic analiza las urbes y su dinámica desde una perspectiva anglosajona

Se acordarán del director del Museo del Diseño de Londres Deyan Sudjic por un libro editado en Londres en el 2005 y aquí dos años después con el título de La Arquitectura del Poder(Ariel 2007) con el explicativo subtitulo: cómo los ricos y poderosos dan forma a nuestro mundo, adelantándose al nacional Llatzer Moix, que con su Arquitectura Milagrosa(Anagrama 2010) se despachó a gusto contra todas las frivolidades del star system arquitectónico. En este nuevo libro, El lenguaje de las ciudades, que es de gran interés, sobre todo para los que desde aquí queremos tener una información mayor de lo que pasa en Londres, por ejemplo, para que se hayan trasladado los puntos de vista del más rancio conservadurismo a las torres de rascacielos más desvergonzadas. Porque lo que está claro es que Sudjic (Londres 1952) ama su ciudad aunque la critique y ve en cierto modo el resto del mundo, no el norteamericano, como "otras situaciones", vamos como study cases.

Define la ciudad desde el principio como "una máquina de creación de riqueza" y nos recuerda en ello a otro best seller (este lo será) que fue El triunfo de las ciudades de Edward Glaesser (Taurus 2010), profesor de Harvard que siendo economista de formación da un enfoque similar. Aparece, en muchos apartados Jane Jacobs, con su frescura después de más de cincuenta años de la publicación original de Muerte y Vida de las Grandes Ciudades (Ed. Capitan Swing 2011). En un libro menos conocido de ella, La Economía de las Ciudades, comenta que las urbes con éxito son las que lo tienen en distintos campos ( y por ello Los Angeles se reinventa mientras Detroit se estrelló, usando nosotros un símil automovilístico).

Su visión como decimos es bastante anglosajona, así por ejemplo cuando habla, y ocurre en varias ocasiones, de la ciudad de México lo hace para hablar de corrupción, contaminación, malas políticas, mientras que Londres, que nos despieza, especialmente en la explosión constructiva de Canary Wharf con todo un entramado de lo más interesante, que desemboca en esta actual proliferación de rascacielos, siempre se ve su devoción latente por su ciudad. Por cierto comenta que la capital inglesa ha sobrepasado a Paris en turismo en 2014.

Temas como la gentrificación, la importancia de los nombres de las ciudades, las herencias políticas no deseadas?En este último apartado se explica bastante bien la situación de Erdogan y Estambul. En general sigue un índice bastante ordenado: qué es una ciudad, cómo se hace, cómo cambiarla? pero de vez en cuando, por un mayor conocimiento personal suponemos, el autor se aparta de la corriente central y desarrolla con mayor intensidad algún tema siendo entonces cuando nos gusta más. Así por ejemplo en el gobierno de las ciudades se regocija en los maravillosos frescos de Ambrogio Lorenzetti del Trecento en la sala del palacio de comunal de Siena. Otras veces Walt Disney y sus ciudades pasan a primer plano, Fuller, Robert Moses?

Me parece más que aconsejable su lectura, no sólo desde un punto de vista urbanístico, sino también político (Brexit), económico y social. Y cosas como esta nos dice, una vez más, para los que no ven claro la Ciudad Asturias : un millón de habitantes es el tamaño mínimo para que una ciudad sea capaz de contar con los atributos necesarios para medirse como centro global, con un aeropuerto internacional, una universidad, industrias creativas, tribunales de justicia y demás?

Compartir el artículo

stats