Andrea Constand sienta de nuevo en el banquillo de los acusados al actor y cómico estadounidense Bill Cosby. Se trata de una de las más de 60 mujeres que han denunciado a este icono de la cultura estadounidense por abusos sexuales.

Esta exjugadora de baloncesto canadiense, abiertamente homosexual, conoció a Cosby en 2001, cuando ella entrenaba al equipo femenino de basket de la Universidad de Temple, en Filadelfia. El comediante formó parte del consejo de administración del centro durante 32 años, hasta su renuncia en 2014.

Constand denunció a Cosby en 2005, pero el actor alcanzó un acuerdo con la Fiscalía de Pensilvania para indemnizar a la mujer por la vía civil y evitar un proceso criminal contra él.

No obstante, las denuncias públicas de decenas de mujeres y la desclasificación del testimonio que prestó el actor en 2005 permitieron reabrir el caso.

Cosby presuntamente la drogó

Costand, de 45 años, declaró en el juicio de junio de 2017 que el cómico comenzó a llamar a su oficina y luego a su teléfono personal, a lo que siguieron invitaciones a su casa y reuniones para ayudarla a lanzar su carrera en el mundo de la radio.

Hubo momentos incómodos en los que, por ejemplo, le tocó el muslo durante la primera cena en su casa, o en otra ocasión le posó la mano sobre la cremallera y el botón de sus pantalones, acto que ella frenó.

Contó que en 2004 acudió a la mansión de Cosby en Cheltenham y allí le dio unas pastillas, concretamente un sedante hipnótico llamado Quaadules, que la marearon, le nublaron la vista y permitieron al artista de 80 años abusar de ella.

"Estaba congelada. Estaba muy débil", apuntó durante el proceso que finalmente quedó anulado porque el jurado fue incapaz de llegar a un veredicto.

"En mi cabeza estaba tratando de mover mis manos o mis piernas para moverme, pero estaba congelada. No podía pelear de ninguna manera, y yo quería que parara", afirmó Constand.

Cobsy sostiene que la relación fue consentida y admitió que usaba drogas como señuelo para atraer a las mujeres, pero nunca como herramienta para incapacitarlas.