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Entrevista con Manolo García

"Cuando nadie me conozca estaré más acabado que el general Espartero"

El cantautor catalán anuncia la primera gira acústica de toda su carrera este 2019

Manolo García: "He redoblado las ganas de buscar esa canción perfecta que nunca vas a encontrar"

Manolo García: "He redoblado las ganas de buscar esa canción perfecta que nunca vas a encontrar"

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Manolo García: "He redoblado las ganas de buscar esa canción perfecta que nunca vas a encontrar" Aida M. Pereda

Siempre se ha sentido un "bicho raro", confiesa Manolo García, un artista totalmente entregado al solitario oficio de crear. Fuera de su hábitat natural -a caballo entre el escenario y el estudio- este veterano músico rehúye de las redes sociales y prefiere prodigar a sus seguidores con el misterio, advierte.

De forma totalmente inesperada, el cantautor catalán acaba de anunciar la que será la primera gira acústica de su carrera, que arrancará el 5 abril de 2019 en el Teatro Municipal Quijano de Ciudad Real, donde sus seguidores podrán disfrutar de las nuevas y delicadas sonoridades compuestas para transformar en versión 'unplugged' las canciones más reconocibles de su extensa discografía.

El año a punto de finalizar ha sido muy fructífero para el mítico líder de El último de la fila, que a sus 63 años mantiene intacta esa ilusión por la música que llevó a aquel chaval de Poblenou a comenzar a tocar la batería con Materia Gris a principios de los setenta. En sus mínimos descansos musicales aprovecha para seguir cultivando otra de sus verdaderas pasiones, la pintura.

Ha presentado su nuevo trabajo, 'Geometría del rayo', y entre concierto y concierto ha encontrado hueco para exponer algunos de sus cuadros, realizados a cuatro manos con la pintora catalana Montserrat Clausells. La poesía que destilan las letras de Manolo García tiene eco en los quince lienzos que forman parte de 'Estrábica Armonía', una colección impregnada de un evocador onirismo capaz de trasladarnos a otro mundo, lejos de la cotidianidad pero próximo a los deseos del subconsciente.

Un imaginario pictórico muy personal

-¿Qué elementos forman parte de tu mundo pictórico?

-Yo busco algo que no encuentro en la vida real. En nuestra sociedad me encuentro un maravilloso valle atravesado por un viaducto de cemento horrible, porque los tiempos modernos son así, y me lo tengo que comer con patatas. Yo tengo mi mundo, donde vuelvo a la palabra libertad, busco crear mundos libres, mundos míos, donde no hay señales de tráfico ni cosas que la naturaleza no nos ha dado, que hemos inventado los humanos, y que a mí me perturban.

-El surrealismo impregna tu obra de forma clara.

-Sí. Todos los pintores surrealistas me gustan. Todos. Y a nivel de gustos he aprendido mucho viendo y visitando museos, como si se tratara de una religión, si se me permite la expresión. Entonces estoy empapado de muchísimos 'ismos' y me gustan todas las tendencias. Antes le hacía un poquito de ascos al abstracto, pero en los últimos años me encanta todo tipo de pintura.

-¿Quiénes son tus referentes?

Dalí me gusta, pero no es mi preferido. Ha habido pintoras como Frida Kahlo, que a veces tiene un punto distorsionado, que me encanta, pero mi ídolo es Dora Maar. Esta fotógrafa surrealista, amante de Picasso durante nueve años, es mi amor platónico. Siento predilección especial por una fotografía, que en realidad es como un cuadro, en la que se ve el pelo de una mujer cuyos brillos son olas y sobre ellas navegan unos barquitos.

-¿Cómo definirías los cuadros que has realizado con Montserrat Clausells?

Hemos hecho quince cuadros entre Montse y yo, reunidos bajo el nombre de 'Estrábica Armonía'. En mis cuadros, y trabajando con ella también, busco volar, flotar, crear mundos fuera de lo terrenal. Hay palomas, conejos y otros representantes del reino animal, también vegetal, junto a seres un poco alterados, enloquecidos, pasmados, son personajes que no están atados a una cadena de realidad. Ahí entramos en el mundo del surrealismo de lleno.

Haz click en las imágenes para las obras de Manolo García:

-¿Es mejor el arte, como la música, a cuatro manos que en solitario?

No, es una posibilidad diferente con un resultado diferente. El trabajo en equipo significa que no eres dueño absoluto de la situación. Vas a ser libre si tú firmemente te propones ser libre en ese equipo, pero si estás intentando defender un territorio y que no pase nadie, mejor trabajar solo. Entonces yo no me enfado porque un color rojo lo cambies a verde. También es una opción bonita. Incluso puede parecerme mejor que la mía. Es un ejercicio de generosidad y de no ego.

-¿Qué encuentras en la pintura que no encuentras en la música y viceversa?

En la pintura encuentro introspección y un remanso de paz. Es un ejercicio solitario, muy calmado, necesita tiempo. Es cocinar a fuego lento, con parsimonia. En la música hay paz mientras compones a tus anchas, pero en general, una vez el motor se pone en marcha es la guerra. Componer sí que es parecido a la pintura, puedes tomarte tu tiempo, aunque también hay artistas, a mí me ha pasado al principio, que tienen un contrato y la compañía de discos les aprieta, pero rápidamente en cuanto puedes te quitas ese yugo. La música es vértigo, la pintura es pradera en primavera mecida por el viento.

Una trayectoria con mucho ritmo

-¿Te han abandonado alguna vez las musas o siempre han estado ahí cuando las llamabas?

Bueno, están ahí porque tampoco las molesto mucho, no soy muy pesado. Me tomo mi tiempo para hacer mis discos, no soy muy dado a machacarme. Aquella cosa que se dice de: "la inspiración que te encuentre trabajando", bueno... o que te encuentre en el bar comiendo un bocata de calamares. Cuando acabo el bocadillo y me voy a casa, digo: "inspiración, ahora puedo atenderte" (risas). No estoy loco por hacer más canciones, así que van y vienen cuando ellas quieren. Voy dejando suave la cosa y van llegando. Porque la vida, los días, las experiencias cotidianas, te van dando canciones nuevas.

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-Al alcanzar la cumbre con El último de la fila

Sí, en ese momento me vino grande, pero es algo a lo que ya me he acostumbrado. Estuve un poco mareado dos meses, porque no contaba con eso de la fama. Yo es que quería ser músico, no famoso. Y luego pensé pues te aguantas, haber elegido otro camino. Si quieres ser músico tienes que ser famoso si realmente quieres tener tus horas, tus días y destinar toda tu energía a la música. Si quieres hacer pluriempleo, que la música sea un 'hobby', ahí no hay problema. Entonces dije, 'palante'.

-¿Y cuál es tu relación con tus seguidores?

Si me paran y me piden una foto pues encantado. El día que no me pida nadie un autógrafo estaré más acabado que el general Espartero (risas). Me paro con todo el mundo y nunca pongo mala cara ni hago un mal gesto a nadie, pero me gusta pasar muchas más horas pintando o componiendo que exhibiéndome fuera de lugar. Mi lugar de exhibición es el escenario o el disco. En el día a día cotidiano si no soy famoso mejor. Que lo soy, pues lo asumo. Lo llevo bien, tampoco soy un famoso malhumorado, para nada. Lo acepto, pero si puedo me escaqueo, no voy a engañar a nadie.

-Siempre has sido muy hermético con tu vida privada, ¿es difícil preservar a los tuyos ante la exposición pública?

Bueno, yo no tengo míos ni no míos. Soy un bicho raro, un ser de otro planeta. Soy una persona obsesionada con el arte. Tengo una obsesión con el arte rozando el límite de lo enfermizo, porque no se puede ver de otra manera. Cuando no estoy cantando estoy haciendo estos monigotes. En mi día a día, si alguien quisiera verme le invitaría a ver cómo paso diez horas y le diría siéntate, te vas a aburrir, porque voy a estar diez horas aquí pintando. No estoy diez horas tomándome cubalibres, drogándome o yéndome a un crucero por las islas Maldivas. Llevo una vida de lo más normal.

-¿Qué opinas de la exhibición que muchos artistas hacen de ellos mismos en las redes sociales?

Lo interesante de un artista es su libro, su cuadro, su canción... Pensar que alguien puede tener interés en saber qué pasta de dientes uso o qué champú, a mí no me aporta nada. Del autor quiero su creación. Contar esas cosas es un acto de vanidad tonto. En mi caso pienso quién me creo que soy yo y por qué puede interesar mi vida, si es una vida normal, como la de todos. ¿Tenemos que estar todo el día comunicándonos? Para mí es muy cansado comunicarme a todas horas con miles y miles de personas. Yo me comunico con el camarero del bar donde tomo el café, con mi vecina del segundo cuarta... Y ahí estoy confortable. No puedo tener 50.000 amigos.

-¿Sigues a otros artistas en las redes?

Yo soy 'fan', bueno, seguidor, de muchísimos músicos: Lou Reed, David Bowie, Jimi Hendrix, Los Rolling... sobre todo de la música de los setenta. Y ese punto de misterio a mí me gusta. A lo mejor me entero de cosas de Mick Jagger, por ejemplo, y me empieza a caer un poco gordo. ¿Voy a estropear lo que yo sentía con su obra? A mí me gusta el misterio. Me gusta no saber nada de nadie. Imaginar...

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