El escultor grancanario Martín Chirino ha muerto a los 94 años a las 18.00 horas de la tarde de este lunes, 11 de marzo de 2019, en un hospital de Madrid, tras sufrir una larga enfermedad.

El pasado 1 de marzo, el artista canario cumplía 94 años en su residencia madrileña de Morata de Tajuña, donde tiene el taller y la fragua de trabajo. Allí precisamente el insigne artista grancanario concluía su más reciente escultura: el escorzo en hierro de un gran violonchelo sobre base de ebanistería fina, que da continuidad a una amplia serie dedicada a la música.

El último acto público del escultor tuvo lugar el pasado 16 de febrero en la exposición de la galería Marlborough de Madrid que presentaba una muestra antológica con piezas desde 1952 a 2018. Se trataba de una exposición, según explicaba el artista, que reflejaba su vida: una sinfonía de músicas, de piezas que representan un relato diferenciado de sus idas y venidas, y siempre con esa pasión por seguir creando, por moldear la escultura hasta que termina por parecerse a aquello que alguna vez imaginó.

Uno de los tres grandes

Martín Chirino nació el primero de marzo de 1925 en Las Palmas de Gran canaria en el seno de una familia de clase media. Su padre, jefe de talleres de un astillero, era también armador de buques.

Vivió su infancia en la Playa de las Canteras de su ciudad natal, punto de encuentro de un relevante grupo de intelectuales canarios de la segunda mitad del siglo XX, entre los cuales destacarían Martín Chirino, Manolo Millares y Manuel Padorno. Esporádicamente, en los primeros años de juventud trabajó con su padre en el mundo de los barcos, realizando por este motivo diversos viajes a distintos países de la costa africana que dejarían una profunda huella en su posterior trabajo escultórico.

En 1944 inició sus estudios artísticos en la Academia del escultor Manuel Ramos, en su ciudad natal. Cuatro años más tardes viajó por primera vez a Madrid, matriculándose en la Facultad de Filosofía y Letras, con el fin de cursar estudios de Filología Inglesa. Pronto abandonaría estos estudios para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Entre sus maestros recordaría a Moisés Huerta, Milaviada y Enrique Lafuente Ferrari.

En 1951, coincidiendo con la I Bienal Hispanoamericana de Arte en Madrid, tomó contacto con la vanguardia artística española, frecuentando las Galería Clan y Buchholz, principales lugares para el arte moderno de la capital. En 1952 finaliza sus estudios de Bellas Artes con el título de profesor e inicia una serie de decisivos viajes a París, Londres, Italia y otros lugares que le permitirán apreciar y estudiar en profundidad la escultura clásica y las obras de los grandes maestros de la escultura moderna, entre ellos Julio González , Henry Moore, Arp, Brancusi y Barbara Hepworth.

Terminada su etapa de formación, en 1953 regresa a Las Palmas de Gran Canaria donde instalará su primer taller escultórico, Allí, con su amigo Manolo Millares comienza un intenso periodo de trabajo donde ambos intentarán aunar su vocación europeísta y su afán de vanguardia con las raíces de la cultura aborigen de su tierra canaria.

En este periodo puede decirse que se inicia la producción escultórica de Martín Chirino con un estilo característico, con la serie de piezas conocidas como 'Reinas Negras', donde ya se percibe una cierta abstracción dentro del quehacer aún figurativo y surreal de estas obras creadas a base de materiales de hierro forjado, piedras, madera o plomo. Es a partir de entonces cuando sus exposiciones se suceden año tras año a lo largo del mundo hasta la actualidad.