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Ilustrados

Mundos de pesadilla

El dragón de Ray Bradbury que llegó del futuro y las inquietantes visiones de Franz Kafka

Mundos de pesadilla

Con anuncios en lontananza de una nueva recesión, el mundo puede parecer más hostil que nunca a quienes se sientan debilitados por la primavera. Sin embargo, una zambullida en la obra de los grandes maestros permite comprobar que hace ya mucho, mucho tiempo que el mundo es fuente inagotable de temores. En tres viajes ilustrados al orbe de la pesadilla humana, Ray Bradbury nos lo explica desde la edad oscura y Franz Kafka nos recuerda, por partida doble, que los años no han desvanecido sus molestas intuiciones

El dragón. Un extraño nudo del espacio-tiempo conforma el núcleo diamantino que alienta en Dragón. La acción es situada por Bradbury (1920-2012) en los años más impenetrables de la Alta Edad Media. Dos caballeros de pesado mandoble y armadura aguardan en un páramo desolado la llegada del dragón de ojos de fuego que, noche a noche, diezma su comunidad. Al poco tendrán la ocasión de hacerle frente a la bestia, que, para su pavor, será un terrible enemigo ¡llegado del futuro!

Bradbury, que en Crónicas marcianas cinceló la profunda impronta lírica de su narrativa, publicó por primera vez este relato en 1955 en la revista Esquire. Las ilustraciones del búlgaro Svetlin Vassilev (1971), un especialista en dar forma a cimas literarias como El Quijote, Romeo y Julieta, Peter Pan o Moby Dick, sellan en la retina toda la frialdad y los miedos de la espera nocturna con trazos que buscan sus figuras tutelares en Klimt y Egon Schiele.

Relatos kafkianos. Los lectores en castellano ya han tenido la oportunidad de conocer los magníficos trabajos de adaptación gráfica que el estadounidense Peter Kuper hizo con Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo (Sexto Piso) o con La metamorfosis (Astiberri), antecedente directo de esta Kafkiana. Catorce relatos del checo que Kuper (1958), con una extensa trayectoria como ilustrador de prensa ( New York Times, Time, Newsweek, Rolling Stone o New Yorker), traslada a un opresivo lenguaje de cómic mediante esgrafiados negros, expresionistas, grotescos. Con resonancias de Grosz y Dix, y de la viñeta de principios del XX, Kuper reconstruye los universos kafkianos, a los que no duda en incorporar algún elemento anacrónico que, a la vez que aproxima el texto al lector, incrementa su perplejidad y refuerza las exigibles dosis de humor negro. Porque, al hablar de Kafka, nunca debe olvidarse que es un narrador paradójicamente divertido. Bienvenidos a la profunda desazón de En la colonia penitenciaria, Ante la ley o Un artista del hambre.

El propio Kafka. Supongamos que el lector ha devorado con pasión Kafkiana y que se siente impelido a saber algo más del hombre que imaginó esas historias, pero todavía no se atreve a abordar biografías monumentales como la de Reiner Stach o afiladas meditaciones como las de Benjamin o Citati. En El hombre que trascendió a su tiempo encontrará un brillante primer punto de encuentro firmado por dos autores checos.

El poeta Radek Maly ha condensado en 40 breves prosas la vida, la obra y la leyenda de quien desde no hace tanto -ni los nazis ni los comunistas le apreciaban- es el principal icono de Chequia pese a escribir en alemán. Desde la llegada de los judíos a Bohemia a la cartografía praguense de lo kafkiano. Desde el padre, las mujeres y Max Brod a la tuberculosis o a fragmentos de La condena y La metamorfosis. Todo ello en inquietante tándem con las tintas negras que la ilustradora Renáta Fucíková ha dispuesto para que el viaje por este sorprendente volumen incite a adentrarse en una de las cumbres de la literatura mundial.

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