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Entrevista al actor

Nacho Guerreros: "Hay que luchar por el respeto y los derechos que tanto ha costado conseguir"

El actor lleva dos años recorriendo teatros junto a Kike Guaza con 'Juguetes Rotos', obra en la que da voz a las personas transexuales y su exclusión

Guerreros, en una escena de la obra. Europa Press

Parece que su carrera ha sido estigmatizada bajo la sombra del gracioso y coloquial personaje de Coque en la serie 'La que se avecina', pero Nacho Guerreros (Calahorra, 1970) sabe reinventarse y reconvertirse para mostrar todas sus facetas de actor sin reparos. Asombrado por la belleza del Teatro Arriaga en Bilbao, acude a la entrevista tranquilo, de 'sport' y con un aire zen previo a representar una importante función. Porque 'Juguetes rotos', dirigida por Carolina Román y donde actúa junto a Kike Guaza, lleva dos años recorriendo teatros de toda España para dar lecciones a todos aquellos que no saben meterse en la piel de los demás.

Así, Guerreros hace un cambio radical de registro y se mete en la piel de un transexual en la última etapa de la dictadura franquista. Según el propio epílogo, "la obra se centra en la preciosa relación entre dos amigos; Mario -que luego será 'Marion'- y Dorín. Ambos se conocen en Barcelona, durante la última etapa del franquismo. En esa época, Dorín ya es una reconocida transexual mientras Mario está aún en los albores del cambio". Un cambio que todavía hoy en día se ve con reparos por parte de algunos estratos de la sociedad y que Guerreros ha querido poner sobre las tablas para crear conciencia social.

-¿Cómo te has preparado para el personaje de 'Juguetes Rotos'?

- Concienzudamente, porque es un personaje muy difícil, para mí era un reto. Hablamos con personas transexuales que nos ayudaron bastante. Trabajando, estudiando, empatizando también... porque hay que comprender esa soledad que muchas veces sienten, esa marginación. Yo estoy muy contento con este trabajo, me siento muy orgulloso de él y creo que Carolina Román ha hecho un trabajo muy fino y muy importante, porque insistíamos mucho en respetar, en no mostrar nada que no fuera del gusto de las personas transexuales.

-Culturalmente hablando y al estar inmerso en esta obra, ¿crees que se ha avanzado mucho en el tema de los años 60 hasta ahora?

- Se ha avanzado porque podemos estar aquí hablando de esto y se puede representar funciones sobre el tema y que venga gente a verlo. Además, hay como una conciencia social de que estas personas están ahí y existen, pero quedan tanto camino por recorrer. Pasan los siglos y los años y parece que en ciertos temas damos un paso adelante y dos hacia atrás. El avance es muy complicado. Estas personas todavía se sienten marginadas, se sienten solas, observadas... y en muchas ocasiones son agredidas por la calle, con lo cual queda mucho por hacer todavía.

- Dentro de lo que queda por hacer, llevar estos temas al escenario o el cine es indispensable.

- Totalmente. Como actor, como artistas, debemos involucrarnos un poco no, mucho, en los temas que preocupan de la sociedad que te toca vivir. A mí me ha tocado esta era y me gusta contar historias que suceden, que son problemáticas y que creo que pueden concienciar. Esta es una historia así. Además no hay que olvidarse que son personas que han nacido de una madre como los demás y que tienen un papá, o no, o tienen hermanos, que sufren, que padecen, que son personas y que nadie es más que nadie. Se merecen todo el respeto del mundo porque han elegido ser así, y ante eso el otro debe callarse.

- Metiéndote en la piel de Mario y viendo cómo está la actualidad con partidos como Vox, ¿qué es lo que sientes?

- Una involución. Es lo que he dicho antes, unos vamos un paso adelante y luego dos hacia atrás. Creo que deberíamos reflexionar un poco, después de todos los medios que tenemos, que somos personas instruías, que hemos leído, que hemos estudiado, que hemos vivido cosas y hemos viajado... uno no se explica como un partido político legalizado puede decir esas cosas que llegan a tanta gente. Cómo se puede faltar al respeto de esa forma, porque sobre todo son personas, somos personas todos. ¿Qué diferencia hay entre ellos, yo o tú y los demás? ¡Ninguna! Eso es por lo que hay que luchar: por el respeto, por la empatía, por los derechos que tanto han costado conseguir. Ha habido gente que se ha quedado en el camino para que nosotros podamos disfrutar de esta libertad, de yo poder hablar contigo de este tema, que tú puedas preguntar y yo poder responderte.

Guerreros y Guaza han sido nominados a los Premios Max.

- Aunque parece que hay demasiada gente que piensa como esos políticos...

- ¡Parece ser! Sí. No sé que decir.

- Esta obra se pensó para ser un monólogo y luego se unió Kike Guaza.

- Esto iba a ser un monólogo, lo que pasa que luego todo se cambió. En primer lugar iba a ser un monólogo de una persona que ha sufrido exclusión social, por lo que fuera, lo que pasa que Kike Guaza vino a uno de los ensayos y decidimos incluirlo y que el monólogo fuera una función de a dos. Ha sido un acierto, ya que se pueden contar muchas cosas, hay muchos personajes y aparte es un actor delicioso.

El final de una era

- Tu personaje de Coque en la televisión nada tiene que ver con Mario, ¿cómo se pasa de un extremo a otro?

- Es el trabajo del actor. Yo empecé haciendo un drama en teatro, de hecho, pude entrar en 'Aquí no hay quien viva' porque me vieron hacer un drama. Yo quería volver a eso. Llevaba mucho tiempo haciendo comedia, incluso en teatro anteriormente con Miguel Miura en 'Milagro en casa de los López', y a mí me apetecía contar una historia que quedase en la conciencia del espectador, no aleccionar, pero sí abrir la conciencia del público. Tenía bastante miedo porque era un reto para mí, por lo típico, la gente me conoce a través de la televisión, llevo 12 años con Coque, y es un personaje y una serie que la ve todo el mundo, no solo en este país, sino en todo el mundo, pero de la mano de Carolina Román ha sido todo mucho más fácil.

"Hay una parte de la sociedad muy por la labor de empatizar pero otra parte no, y niegan todo y se ponen en contra de ti porque eres como eres. Todos podemos convivir"

Ha sido un acierto, llevamos casi dos años con esa función y desde que hemos estrenado todo han sido buenas noticias para nosotros. Estuvimos nominados a los Max a mejor actor protagonista mi compañero y yo, y creo que hemos dado un paso gigante en nuestra carrera, pero también como personas, interpretar este personaje me ha aleccionado. Empatizo, siento, me pongo del lado del otro. Eso es importante y es lo que nos falta en esta sociedad.

- A través del personaje de Coque también se ponen cosas sobre la mesa.

- Totalmente. 'La que se avecina' es un crítica social a lo que estamos viviendo en esta época. Sinceramente digo, sin ser muy catastrofista, creo que estamos viviendo el final de una era. Como el Imperio Romano cayó puede caer esta era también y dar paso a otra cosa que espero que sea mejor (risas). Si que es verdad que hay una parte de la sociedad muy por la labor de empatizar pero otra parte no, y niegan todo y se ponen en contra de ti porque eres como eres. Hay unos que piensan que tienen la razón y que si no piensas como ellos ya estás contra ellos. No es así. Todos podemos convivir pero hay que entenderse y, sobre todo, moderar ciertos discursos que son los que llevan al odio y la violencia.

- Si tuvieras que definir la obra en tres palabras, ¿qué dirías?

- Empatía, amor y búsqueda.

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