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John Rebus se hace viejo

El eco de las mentiras, la nueva entrega del detective de Ian Rankin

John Rebus se hace viejo

En Mejor el diablo, su penúltima aventura, el exdetective de la Policía de Escocia, John Rebus, había rebajado las dosis de cerveza diarias y había anulado las de tabaco. En El eco de las mentiras, que acaba de salir, las dolencias se agravan: ya no puede subir los dos primeros tramos de la escalera de su edificio, en la calle Arden, en Edimburgo. Se arrastra. Le han diagnosticado una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), le han cambiado el tabaco por los chicles, y se ha pasado a la sin. Él, que fue el tío más duro de la capital escocesa, veterano del SAS, madero eficaz y revoltoso, el personaje literario que ha hecho célebre a su creador, a Ian Rankin (Cardenden, Reino Unido, 1960), toda una celebridad al norte del muro de Adriano. El museo de los Escritores de Edimburgo está dedicado al poeta Robert Burns y a los novelistas Walter Scott y a Robert Louis Stevenson. Rankin se sumó a este trío de glorias durante el verano del trigésimo aniversario de la creación del detective (2017), vecino más del entorno de la Universidad en que operaron los célebres resurreccionistas Burke y Hare, a dos pasos del Old Town, patrimonio de la humanidad.

Hasta ahora son 22 novelas las que ha escrito Rankin: la primera, Nud os y cruces, y la última: El eco de las mentiras (RBA, 2019). El detective era cuarentón en aquella primera mitad de los ochenta en que echó a andar por un Edimburgo en la últimas, ahogado por el mar de las drogas, el de los libros pioneros de Irvine Welsh. Tras La música del adiós (cuando se jubiló verdaderamente), la serie se ha convertido en escenario crepuscular: el investigador tiene que pedir un vaso de agua cuando visita a los malos en sus domicilios, saca al perro al parque de al lado de casa o acaso es el perro el que saque al exdetective que comía comida rápida y se quedaba dormido en su butaca mecido por el alumbrado público y el alcohol de más. Ahora, que está viejo, sólo bebe té, una situación que para un escocés es como sufrir la extirpación del alma. Y, pese a todo, el detective sigue siendo el mismo cabrón de siempre.

La última novela de la serie de Rebus es la del doctorado de Siobhan Clarke, la pupila de Rebus de casi toda la vida, asume todo el protagonista (lo viene haciendo ya en las últimas entregas de la serie), en este caso, una investigación sobre un muerto antiguo encontrado en un maletero de un coche en medio de un bosque intransitado. El viejo detective se mueve en espacios secundarios. Y es una lástima: Siobhan mola, pero mola más Rebus. El tercer personaje de la serie -Malcolm Fox- también aparece en El eco de las mentiras, pero como convidado de piedra: su personaje está de adorno. Parece que Rankin sacase a sus criaturas a pasear para que los lectores de la serie nos preparemos para el temido final: John Rebus no va a estar siempre para nosotros? pero, de momento, ahí sigue. No se lo pierdan. De verdad.

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