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Arte

Casas de arte y cultura

Grado acoge pinturas de los principales creadores asturianos

"Vanitas española", obra de Lombardía.

No se alaba lo suficiente la labor que están haciendo las casas de Cultura en la difusión y promoción de las artes, también las contemporáneas. A pesar de que se trata de un modelo que parece en decadencia, e incluso en peligro de extinción, ligado como está a un proyecto de política cultural que se gestó hace cuatro décadas, sigue adelante gracias a sus profesionales al frente, muchos de ellos veteranos, que lidian como pueden con las estrecheces presupuestarias, las intromisiones partidistas y las trabas burocráticas, con mérito innegable.

Las hay grandes con buenas salas y adecuadas programaciones, como las de Avilés, Pola de Siero o Castrillón, y otras más pequeñas que hacen lo que les dejan, muchas veces a partir de un trabajo en red que era superior cuando los Ayuntamientos contaban con la ayuda de la extinta Caja de Ahorros y que ahora podría recuperarse si la Consejería de Cultura reformula su circuito de artes plásticas y visuales, recién presentado.

Ejemplar sería en este sentido la Casa de Cultura de Grado, abierta en el hermoso y céntrico Palacio de Miranda-Valdecarzana, que muestra toda la disposición del mundo y que por segundo año consecutivo es inicio de una gran exposición de artistas asturianos promovida por la Fundación Lombardía. En itinerancia está todavía la anterior, que después de un año recala en Lena y finaliza en noviembre en Navia, integrada por dibujos de veintisiete creadores asturianos nacidos entre las décadas de 1930 y 1950 y planteada como homenaje al fallecido Pepe Legazpi (1943-2019), del que se pueden ver sus últimos trabajos, acompañados por los del sincronizador Jaime Herrero (1937-2020), al que por desgracia también acaba de atropellar la sombra.

En esta segunda exposición, la dedicatoria es al pintor Orlando Pelayo (1920-1990), de cuyo nacimiento se cumplen cien años y del que se muestran cuatro representativos cuadros, junto a los de artistas ya presentes en la pasada edición como Armando Pedrosa, Consuelo Vallina, Ramón Rodríguez, Carlos Sierra, Manolo Linares, Herminio, el propio Miguel Ángel Lombardía, Humberto, Kíker, José Paredes, Ramón Prendes, Vicente Iglesias, Hugo O’Donnell, Francisco Fresno, Francisco Velasco, Miguel Galano, Vicente Pastor, Pelayo Ortega, Ricardo Mojardín, Avelino Mallo, Antonio Gil Morán y María Jesús Rodríguez, grandes nombres con pinturas más que estimables, recogidas en catálogo, a las que se suman las de Elías Benavides y Juan Monte.

Es un esfuerzo voluntarioso, que no entra en profundidades y hecho quizá con cierto riesgo asumido por los participantes, dadas las condiciones de precariedad en las que en ocasiones se ven obligados a trabajar este tipo de centros, pero que tiene el enorme valor de acercar la obra de estas figuras indiscutibles del arte asturiano a localidades que de otra manera no podrían permitírselo como Pravia, Mieres, Valdés, Laviana, Langreo, Vegadeo, La Caridad o Cangas del Narcea, siguientes en la itinerancia.

"Pintura X", de Pelayo Ortega.

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