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Arte

Una irrupción en los procesos del tiempo y la naturaleza

Tania Blanco parte de materiales degradados en la busca de sus hallazgos artísticos

“Cerúleo”, estampación sobre papel Hahnemühle S. M.

Ayalga es el título de la exposición de Tania Blanco en la galería Guillermina Caicoya de Oviedo; la artista ha enfocado su trabajo hacia las “geometrías de lo cotidiano” y, desde el ámbito del grabado y otras técnicas de estampación, aporta nuevas posibilidades formales y conceptuales recurriendo a fragmentos de cerámica y plástico hallados en la orilla del mar. El espíritu del proyecto se encuentra en su título, Ayalga –hallazgo–, referido a las piezas encontradas, y también expuestas, que destacan desde su propio carácter documental y estético pero, sobre todo, por su valor como instrumento de creación, matriz y huella, de las imágenes representadas.

Al impulso creador de la naturaleza hay que añadir el de una artista sensible al entorno natural. Terroso, Cerúleo e Ígneo, son los nombres de las series que nos ofrece y que se refieren a sus propiedades intrínsecas, a sus formas, colores y texturas, subrayando la importancia que en todo proceso creativo poseen los materiales que lo configuran, pero también, a los momentos que han propiciado el estado actual de cada pieza encontrada, desde su origen industrial o artesanal a los fenómenos de erosión que durante su convivencia con la naturaleza –el sol, el viento, el agua y la sal– la transforman en lo que ahora es, un fragmento de una desgastada y frágil belleza.

Cuando contemplamos las piezas de Tania Blanco, lejanamente, hallamos conexiones con procedimientos estéticos del entorno dadaísta, los objets trouvés, los relieves de Jean Arp o las construcciones Merz de Kurt Schwitters, artistas que, desde el caos y el absurdo existencial que vivieron, dieron forma a sus propuestas mediante la acumulación, el collage o el ensamblaje. Sin embargo, en Ayalga cada fragmento responde a un rigor técnico y formal meditado, un orden geométrico que desconcierta cuando advertimos cómo desde la pluralidad de formas y colores podemos acercarnos a la perfección. Se advierten un sinfín de recursos técnicos y formales que propician una doble lectura, un lenguaje capaz de compaginar lo reivindicativo con lo poético, lo bidimensional con lo tridimensional, lo positivo con lo negativo y, evidentemente, el original con su réplica. La artista extrae todo su potencial de un material que para la mayoría podría pasar inadvertido, pero que en sus manos adquiere toda esa fuerza significativa. Como en un inventario de formas y colores, y desde ese rigor técnico y expositivo, las piezas presentan cierto aura de exvoto que recuerda las aportaciones antropológicas desarrollas por la artista valenciana Carmen Calvo o, desde una perspectiva más estética, los agrupamientos de vidrios y plásticos de Tony Cragg .

“Terroso”, serie de gofrados sobre pulpa de papel de algodón.

“Terroso”, serie de gofrados sobre pulpa de papel de algodón. S. M.

La exposición ofrece una oportunidad única para que el espectador reflexione sobre el deterioro en la naturaleza, las huellas sobre el papel –los gofrados– se convierten en metáforas cargadas de significado, muestran cómo las creaciones plásticas son necesarias para vivir experiencias y despertar conciencias. La artista está viviendo sus propias experiencias vitales y creativas y ahora las comparte con nosotros. Recuerdo la proclama del filósofo francés Gilles Deleuze al referirse a la valoración del arte: “Experimentad, no interpretéis jamás!”. Ayalga es una exposición que nos involucra, que desde el atractivo de sus formas es capaz de remover conciencias al plantear interrogantes sobre la acción de los seres humanos en el territorio y sobre la respuesta de la naturaleza ante sus brutales ataques. En este sentido, el texto de Salim Malla que acompaña la exposición, desde un planteamiento poético y reflexivo, “cuando Tania pasea por la playa y anda sobre la arena, sus pies pisan un sinfín de materiales que el mar y el tiempo han brindado a la costa para construir su litoral”, profundiza en ese intrusismo humano que interrumpe, contamina y modifica los procesos de sedimentación y regeneración naturales del litoral.

El tiempo es clave en la configuración de las formas, en él se hallan los cimientos que sostienen y permiten entender los fenómenos naturales, pero también los culturales y creativos, posiblemente a ello se refería el historiador George Kubler cuando afirmaba que “el reloj cultural funciona principalmente sobre fragmentos de materia en ruinas”. En un momento tan difícil para nuestra existencia, en el que nos sentimos desprotegidos, es importante que los artistas sigan profundizando en los valores que nos ennoblecen como seres humanos, y que nos recuerden, como ocurre en Ayalga, la necesidad urgente de resarcir a una naturaleza que, desde siempre, ha sido nuestro único cobijo y que aún maltratada, continúa siendo generosa con nosotros.

“Ígneo”, pieza de cerámica esmaltada.

“Ígneo”, pieza de cerámica esmaltada. S.M.

Ayalga

Tania Blanco 

Guillermina Caicoya Art Project

Calle Principado, 11

Hasta el 9 de diciembre

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