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Las cloacas del “Estado delincuencial”

Un Juan Madrid recuperado retrata las tramas de la España actual en Gloria bendita

Cultura - Libros

Juan Madrid (Málaga, 1947) sufrió un ictus en 2016, unos días después de entregar su exitosa novela Perros que duermen (Alianza, 2017), reseñada en estas páginas. El proceso de recuperación fue lento y duro, pero lo superó con grandes dosis de tesón y voluntad. Este año supuso para él la concesión del prestigioso Premio Pepe Carvalho 2020 a toda su trayectoria literaria. La duda se encontraba en el aire sobre si Juan Madrid podría incorporarse de nuevo a la escritura con la misma tónica, fuerza y calidad de siempre. La duda quedó disipada, pues Gloria bendita es su nueva novela que se encuentra en los escaparates de las librerías este otoño. Escrita, como el autor confiesa en el epílogo, con mucha dificultad y muchas dudas, pues tenía que anotar las ideas expuestas para no incurrir en repeticiones innecesarias.

Independientemente de esto, Juan Madrid utilizaba en sus charlas, ensayos y novelas anteriores, principalmente las protagonizadas por sus personajes fetiches Toni Romano o Juan Delforo, un concepto que aún él no había desarrollado del todo y era el de “Estado delincuencial”. Por este término entendía todas las acciones fuera de la ley que los diferentes Estados-nación del mundo habían ejecutado, dentro o fuera de sus fronteras, en operaciones para infiltrarse en organizaciones democráticas, como fue el Cointelpro del FBI para desmantelar el Partido Comunista Norteamericano, el Partido Socialista de los Trabajadores y al Partido de las Panteras Negras; atentados como la matanza en la estación de trenes de Bolonia en 1980, y que Giullio Andreotti sacó a la luz como atentados de bandera falsa organizados por la CIA y el M16, dentro de la “Operación Gladio”; el hundimiento de buque Rainbow Warrior de Greenpeace en el puerto neozelandés de Waitemata, por parte de los servicios secretos francesas; el engaño del Golfo de Tonkín y así sucesivamente en una Guerra Fría interminable.

Ahora, en Gloria bendita, Juan Madrid tiene la oportunidad de desarrollar ese concepto del “Estado delincuencial” y lo va a centrar en España, durante los años en los que se fraguaron la “Operación Púnica”, la “Operación Tandém” y el “caso Kitchen”. Y que corresponderían al mandato de Mariano Rajoy de 2011 a 2018, a la abdicación de Juan Carlos I el 18 de junio de 2014 y a todas las tropelías del excomisario del CNP José Manuel Villarejo, en prisión provisional sin fianza desde el 17 de noviembre de 2017.

De esta forma, Juan Madrid utiliza a su trasunto Juan Delforo, que saldrá de Salobreña para realizar una investigación sobre un libro del que tiene noticias de su existencia y del lugar dónde se puede encontrar, en el que le han dicho se describen ciertas partes desconocidas de la Guerra Civil española. En esa investigación se irá encontrando con las trazas de la corrupción que afloran en las entrañas del Estado: el AVE de aquí y de allá; sastres que pululan de un lado para otro; una alcaldesa que tiene mucho poder y bebe mucho más; políticos que roban en grandes almacenes y se les graba; eméritos y yernos, el Club D’Angelo como lugar de compra y venta de información; una alemana de ojos azules; tramas contra partidos políticos; ministros que condecoran vírgenes; altos funcionarios que actúan por su cuenta; un director general de una gran entidad bancaria que oculta algo; un comisario corrupto fácilmente identificable y su mujer, detective privado que imita a Gena Rowlands en el film “Gloria”, de 1980, al llevar un revólver 38 Sp en el bolso. Es decir, personajes fácilmente reconocibles de una España democrática irreconocible.

De todo, destacaría tres cuestiones: primera, el Archivo Jano, un inconmensurable archivo que quiso crear el almirante Luis Carrero Blanco, con todos los datos y miserias de políticos, jueces, diplomáticos, empresarios… y cuantos se acercasen al poder, que en la novela pasará a manos del corrupto comisario citado, con el que chantajeará al poder político y económico; segunda, la insistencia del autor en que “la información tiene dueño […], por tanto son esos dueños los que deciden lo que es verdad y lo que no” (p. 199). Y tercera y última, después de leer el final de la novela, por muy díscolo que sea Juan Madrid con el sistema político actual, es evidente que aún tiene confianza en él.

Las cloacas del “Estado delincuencial”

Las cloacas del “Estado delincuencial”

Gloria Bendita Juan Madrid Alianza, 2020 322 páginas, 18 euros

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