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Arte

Herminio frente a Sandback

El artista de La Caridad muestra su trabajo en una exposición dual en Madrid

“P.70”, de Herminio, en la Galería Cayón de Madrid.

Menos es más, sí, pero sólo cuando el resultado es mejor. La máxima del neoplasticismo, que Theo van Doesburg redujo al mínimo abriendo la vía reduccionista del arte contemporáneo, únicamente se puede aplicar a propuestas, hallazgos y exposiciones como la que ahora se muestra en la Galería Cayón de Madrid, que enfrenta la obra de dos artistas en apariencia similares pero muy distintos, como el norteamericano Fred Sandback y el asturiano Herminio, pertenecientes a la misma generación y que, como se subraya desde la propia galería, se asemejan y complementan de múltiples maneras, a pesar de sus diferentes orígenes.

Ambos llenan el solemne espacio de la calle Blanca de Navarra 9, que ocupa el antiguo salón de actos y teatro del convento colindante, con una sola obra cada uno, lo que demuestra con qué poco se puede hacer algo verdaderamente atractivo. Es cierto que comparten parecido lenguaje y que llegan a conclusiones similares respecto al equilibrio, la tensión y la diafanidad del material utilizado, pero Herminio (La Caridad, El Franco, 1945) nunca ha sido un escultor minimalista. Tampoco neoplasticista, por remontarnos a los comienzos del arte geométrico y depurativo; si acaso, suprematista, aunque él no sea consciente, por el reiterado uso de la diagonal, como señalan sus representantes comerciales, pero, sobre todo, por su afán de dibujar abstractamente en el espacio, como pretendía Malevich. Son matices importantes porque muestran mundos divergentes.

La pieza que presenta en Cayón, clasificada como “P.70”, está compuesta por seis módulos de chapa fenólica lacada, que se mantienen en un sorprendente equilibrio a base de imanes y contrapesos, elementos constructivos que definen su portentosa escultura, con proyección nacional e internacional. Como fue realizada en el extraño 2020, además de la característica inestabilidad, el conjunto muestra un mayor alboroto de lo que es habitual, reflejo de un momento confuso que afecta especialmente a las personas sensibles. Durante el confinamiento duro, Herminio generó un buen número de piezas de su otra línea de trabajo, hecha con alambres y materiales encontrados y reaprovechados, que en su momento también serán expuestos. En su galería madrileña, con la que ya ha expuesto individualmente en dos ocasiones, la última en 2017, parecen preferir las obras en negro y metálicas, pero tanto en su vertiente más pura como en la impura su trabajo, muy concentrado, no se diluye en el espacio, sino que gana presencia cuanto más se abre al entorno, y mucho menos tiene vocación de efímero, a pesar de su extraordinaria ligereza y su imperceptible movimiento. Desde lejos, la pieza parece un animal herido, un articulado robot futurista, de serie distópica, dispuesto a saltar en cualquier momento. De cerca, circunvalarla permite percatarse de sus escasos puntos de apoyo, las líneas que la componen, su despliegue en el aire.

Muy diferente es el trabajo de Fred Sandback (Bronxville, Nueva York, 1943-Nueva York, 2003), cuyo legado representa en España la Galería Cayón, que ya lo ha expuesto individualmente en sus sedes de Madrid y Menorca. Ahora mismo su obra dialoga en el Centro José Guerrero de Granada con el artista titular, en una de esas exposiciones duales a las que son tan aficionados en Cayón, que en su espacio de Mahón ya enfrentó por ejemplo a Stanley Whitney y a Yves Klein. Sandback sí que fue artista del minimalismo, aunque no sea uno de los artistas más conocidos de la tendencia, al menos en España, a pesar de tener obra en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid. Su trabajo se materializa con hilos acrílicos de color que trazan líneas rectas en el espacio, en la exposición que aquí se comenta tres negras en fuga sobre la pared, que como siempre mantienen la vibración de los instrumentos de cuerda, una constante en su producción. El norteamericano era como sus correligionarios un rebelde neovanguardista, interesado en la ruptura de la separación perceptiva y el empleo de materiales poco duraderos, en un planteamiento mucho más cercano a la instalación que a lo propiamente escultórico, que tras su fallecimiento sólo permite su reconstrucción aproximada, de difícil, y contradictoria, circulación comercial. Para qué comprar y conservar lo que no quiere durar más allá de la vida de su autor y además pone en cuestión su condición de objeto.

El contraste entre los dos artistas es una instructiva experiencia, que enriquece la reflexión sobre aspectos no siempre bien aclarados por la historiografía ni por la crítica. Si a eso se le añade que, en el otro espacio de la Galería Cayón, en el número 7 de la misma calle Blanca de Navarra, se puede ver parte del legado del pintor Juan Giralt (Madrid, 1940-2007), la visita es más que recomendable.

Sandback/Herminio

Galería Cayón, calle Blanca de Navarra, 9 Madrid

Hasta el 28 de enero

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