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Arte

Alas para el alma y el cerebro

Laboral Centro de Arte alza el vuelo con una colectiva sobre neurociencia

El pasaje neurotransmisor de Daniel Canogar

Tras “Ecovisionarios”, “D3US EX M4CH1NA” y “Vida futura”, Karin Ohlenschläger muestra su cuarta gran propuesta expositiva en Laboral Centro de Arte de Gijón. Cuando en 2016 se hizo con la dirección artística, presentó un plan de actuación que pensaba desarrollar en cinco años, en una línea programática anual basada en un tema, que por las difíciles circunstancias del centro se ha tenido que condensar en apenas veinte meses. No obstante, ha podido tratar sobre las conexiones entre arte y biosfera, vida digital, inteligencia artificial y ahora neurociencia, que es de lo que se ocupa la actual exposición. Sólo le queda hacerlo sobre un último asunto, la ciudad del siglo XXI, para completar su programa quinquenal, ambicioso en lo intelectual y riguroso en lo perceptivo.

Nadie duda de la calidad de las exposiciones celebradas en Laboral Centro de Arte en sus catorce años de existencia. Es más, somos muchos los que opinamos que debería seguir siendo su línea principal de actuación, como lo fue en un principio, como medio más eficaz para divulgar contenidos y como reclamo para llamar la atención de la sociedad. Se puede estar de acuerdo en que Laboral responde a un nuevo modelo de centro de arte que ambiciona la producción de conocimiento, la investigación artística, la innovación y la formación, pero no por ello se ha de menospreciar la relación con el público ni desestimar la consideración del centro de arte como lugar donde confrontar lo conseguido. A veces parece una excusa para justificar las cada vez mayores restricciones presupuestarias, a dieta lindante con el austericidio. En el justo equilibrio entre los cuatro pilares fundacionales, investigación, educación, producción y, sobre todo, difusión, que debe contar con los recursos necesarios, se ha de hallar el valor de Laboral Centro de Arte.

Además de las tensiones entre trabajo interno y exposición, otro debate pertinente es el de proceso creativo y resultado artístico, ética relacional y estética participativa. Uno de los primeros aciertos de Laboral fue precisamente que, frente a las auras frías que predican otros centros de arte de las mismas características, no descartó nunca la opción cálida del arte contemporáneo, aquella que busca la participación del público no sólo de manera conceptual sino sensorial y afectiva, que son nutrientes esenciales de nuestro cerebro, como tuvo ocasión de mostrar la propia Ohlenschläger en una de las exposiciones inaugurales, “Banquete_Nodos y redes”, celebrada en 2008. La actual directora de contenidos, cuarta del centro, siempre se ha manifestado a favor de una tecnología que es un medio, no un fin en sí mismo, y que va en función del ser humano, del colectivo, y no al revés, según viene defendiendo a lo largo de su amplia carrera profesional.

Ese es precisamente el principal aliciente de “Cuando las mariposas del alma baten sus alas”, cuyo poético título, sacado de una cita de Santiago Ramón y Cajal sobre la delicadeza de las neuronas, es ya toda una declaración de intenciones. Las diecisiete propuestas de catorce artistas y colectivos de ámbito nacional e internacional, expresadas a través de vídeos, fotografías, instalaciones interactivas y acciones, muestran una común voluntad plástica, que quiere resultar atractiva en lo visual, y engarzan discurso, intención y conmoción. La exposición se abre con un pasaje neurotransmisor de Daniel Canogar, creado en 2010 para el Museo de Historia Natural de Nueva York, para proseguir con el soliloquio agnósico de Miguel Ángel Rego, pura transparencia, la membrana interactiva de Ursula Damm, el espejo wildeano de Mario Klingemann, la piel que habita Marco Donnarumma, que también muestra un impresionante vídeo-performance que contrasta con el de Justine Emard, en danza con la posibles coexistencias entre ser humano y máquina, o el concierto de ondas cerebrales de Lisa Park.

Se da la circunstancia de que muchas de las acciones se tendrían que haber realizado en directo, como era el propósito inicial, pero la dificultad de movilidad por la pandemia ha limitado las maneras de mostrar, resueltas con imaginación. La exposición concluye con intervenciones de este mismo año de los dúos asturianos Laramascoto, una instalación interactiva sobre el exocerebro resuelta en colaboración con José Novas y Rotor Studio, de lo mejor de lo expuesto, y los ya crónicos María Castellanos & Alberto Valverde, que continúan su exitosa investigación sobre la sensibilidad de las plantas, tan cercana a la humana. La fidelidad de Laboral hacia los artistas locales con los que viene trabajando es otra de las constantes del centro de arte de Gijón, que sin embargo no consigue alcanzar la sinapsis con su entorno inmediato.

Cuando las mariposas del alma baten sus alas

Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, calle Los Prados, 121, Gijón.

Hasta el 24 de abril.

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